12/20/2010

Microcuento

Me pareció interesante esta descripción del microcuento, yo sólo cambiaría un par de palabras, reemplazaría "doble sentido" por múltiples sentidos.

"No es de extrañar entonces que los mecanismos de construcción del microcuento contemplen el quiebre de expectativas del lector que lo impele a seguir buscando el sentido, y no sólo esto, sino además otorgar el sentido al completar los significados que apenas se esbozan o se insinúan apoyados en otro de los mecanismos propios de su construcción, "el doble sentido", es decir, la posibilidad de que lo dicho signifique no sólo lo literal e incluso algunas veces en absoluto lo literal, sino otra cosa que el lector debe encontrar para completar la narración, siendo de este modo lector y autor al mismo tiempo".

12/08/2010

Nota

En el aislamiento de los personajes de Kafka, en su total ignorancia respecto a los pensamientos y sentimientos de sus superiores podría encontrarse una correspondencia con la posición del individuo de hoy frente al Estado, en ese sentido todos somos personajes de Kafka, excepto los que detentan el poder.

fragmento ensayo en proceso

...y el hecho de que siempre que llegó a mis manos alguno de sus libros, su lectura fue absolutamente crucial para mí y significó una revelación providencial. Desde entonces puedo decir que Kafka me persigue a donde quiera que vaya y que de cuando en cuando me encuentro en situaciones kafkianas.

Lo que siento al leer a Kafka es lo que siento al vivir la vida misma, así como en nuestra existencia estamos en una búsqueda constante de sentido, así también al leer a Kafka estamos siempre a la expectativa, esperando una señal que nos revele la verdad o el sentido de este absurdo que parece ser la existencia, hábilmente narrada. Kafka confirma esto cuando dice: „La literatura es siempre una expedición a la verdad“, pero esa verdad no puede ser fácil, nos cuesta una vida y más hallarla, transitamos por un complejo entramado de caminos. La buena literatura debe corresponder a esa complejidad si quiere ofrecernos alguna revelación vital, por eso al viajar al universo kafkiano no podemos esperar encontrar respuestas claras y ordenadas sino múltiples caminos que se abren todo el tiempo.

Cuando recuerdo las narraciones de Kafka, siento lo mismo que al recordar un sueño, las imágenes que de inmediato ocupan mi mente son grises y frías y vienen acompañadas de una pulsanción vital y una tristeza irremediable. Pero luego de unos segundos cuando las imágenes se han esfumado llega la risa, el cruel humor del absurdo.

12/05/2010

Demencia (otra noche bogotana)

Lo que voy a contar hoy debí escribirlo en el momento mismo en el que pasó, pero algo me dijo entonces que no valía la pena, todavía hoy creo que no vale la pena, que no es una historia, que para que tuviera sentido en sí misma tendría que ser mucho mejor escritora de lo que soy hoy, que al ponerla en palabras sólo le quitaría toda su fuerza y la arruinaría. Pero, contradiciéndome, voy a intentarlo, con la esperanza de que si lo rompo podré intentarlo luego otra vez, escribiéndolo de una forma más literaria. Ahora lo contaré con palabras llanas y simples, descuidadas como las de un diario, no pretenderé ninguna jugarreta, ningún truco escondido, simplemente los hechos, tal cual ocurrieron, en su perfecto orden cronológico. Será un testimonio, hagan de cuenta que me encuentro en una estación de policía y me dispongo a dar testimonio de la parte de la historia que yo ví.

Es una noche fría de invierno (8 grados), está lloviendo, voy caminando para mi casa, pero estoy lejos, muy lejos. Además es tarde ya, más de las diez en un día entre semana, en Bogotá, una ciudad donde la gente no sale porque tiene miedo de las calles. Yo voy muy alegre, debo ir excepcionalmente alegre para embarcarme en semejante travesía, a esa hora ya no pasa bus para mi casa, la idea de subirme a un transmilenio y hacer transbordo me repugna y no quiero pagarle a un taxista que va a hacer todo lo posible por tomar el camino más largo y absurdo para poder cobrarme el triple del valor justo, además llevo el mp3, tengo sombrilla, y llevo botas para la lluvia. Lo tengo todo para una historia de alguien que camina en una noche fría por las solas calles de la ciudad.

Voy oyendo Yoav y camino rápido, bajo por la 44 con séptima y paso al lado de unos tipos que están discutiendo, no veo cuántos son pero el tufo de uno de ellos alcanza a llegarme, yo sigo mi camino rápidamente. Minutos después esperaba cruzar la 13 cuando oí algo detrás de mí, le puse pause a Yoav y volteé a mirar. Era un hombre de unos treinta años, delgado y pálido, con una camiseta amarrilla.Gritaba y lloraba desesperadamente, venía corriendo, yo me asusté, el hombre me miró por unos segundos pero siguió descontrolado, mirando a todos lados con una angustia visceral. Logró cruzar la calle unos segundos antes que yo y me adelantó, había gente apoyada en las paredes protegiéndose de la lluvia, la luz amarilla del alumbrado público se reflejaba en los charcos de agua sucia, el hombre corría adelante mío y gritaba desesperado mientras se cogía la cabeza entre las dos manos y miraba al piso y al cielo alternadamente: ¡No, Dios mío, ¿por qué Dios mío, por qué? Luego se daba cuenta de lo desprotegido que estaba, miraba a todas partes y corría para cualquier lado, como un animal enjaulado, con el rostro empapado por la lluvia y las lágrimas. Yo en algún momento le había puesto play a la música y sonaba Moonbike. El hombre se devolvió y ahora corría directo hacia mí. Me planté con seguridad y lo miré, cuando estaba a poco menos de un metro de distancia se desvió esquivándome al pasar. Miré a la gente a mi alrededor, todos tenían miedo, agazapados bajos los techos sobresalientes de las tiendas me observaban como testigos mudos, casi como espectros.

En lo primero que pensé cuando lo vi fue en la muerte, recuerdo haber pensado que ese hombre acababa de matar a alguien o alguien acababa de morir trágicamente frente suyo.

Seguí mi camino, resuelta a olvidar el asunto, unas cuadras abajo de la 45 quise coger un taxi, pero no pasó ninguno y pensé que sería más peligroso esperar en la calle que seguir caminando, así es que aceleré el paso y le subí un poco el volumen a la música. La 45 estaba sola, no me encontré a más de dos personas hasta llegar a la 24. Voltié por la 24, teniendo precaución en cada esquina, no se veía a nadie, de vez en cuando, después de varias cuadras divisaba en la distancia algún alma recelosa que caminaba rápidamente como yo. El camino fue largo, pero lo recorrí velozmente. Recordé la angustia del hombre y deseé que todo no hubiera sido más que un viaje a una pesadilla ajena y que aquel hombre despertara pronto. Todavía hoy lo recuerdo así, como si la vida real se hubiera metido por un recodo a la pesadilla de alguien que duerme. Afortunadamente pude mantenerme intacta y retornar a salvo. Tal vez el secreto para retornar a salvo es ponerse la máscara de espectro que tenían todos aquella noche, excepto el hombre que interrogaba a Dios y no obtenía respuesta. Por instantes sentí el roce de la demencia.

11/13/2010

Noche bogotana

Era una tienda bogotana, la típica tienda de barrio, algo desordenada, con algunas cosas viejísimas en una vitrina opaca. F y yo entramos a comprar trago, la tienda estaba llena y el ambiente animado. A la luz amarilla del bombillo se veían ya caras ebrias. En el momento en el que nos iban a dar la botella de aguardiente, un hombre de la mesa de al lado se cayó de su butaca, sus amigos acudieron en su auxilio e intentaron ponerlo en pie, pero el hombre estaba verdaderamente mal, al borde del colapso y con los ojos en blanco. El problema es que era muy gordo y sus dos amigos no podían levantarlo, como todo esto sucedía a nuestros pies F y yo quisimos ayudar, entre cuatro la cosa sería fácil. Estuvimos intentándolo un rato, pero el campo de movimiento era muy limitado y de contínuo nos veíamos obligados a adoptar posiciones incómodas, si a eso le sumamos que F y yo somos altos y estirados y los dos amigos del hombre estaban algo pasados de kilos y borrachos, el cuadro no es muy alentador. Nos costaba trabajo coordinar y el hombre pesaba mucho, sin querer golpeamos su cabeza contra la vitrina. Estando en esas se acercó otro joven dispuesto a ayudar. Intentamos un par de veces más sin éxito y acordamos, por sugerencia de F, que sería mejor entre cuatro, F se retiró y nosotros volvimos a nuestra tarea, ya cansados paramos un momento, el joven dijo que iba al baño y se alejó, el tendero lo reemplazó, pero al primer intento llegó otro cliente, así es que volvimos a quedar los tres. F nos miraba con los brazos cruzados. El hombre era excepcionalmente pesado. Paramos unos segundos a tomar aire y el tendero me alcanzó la botella de aguardiente que ya le había pagado, pero con todo ese jaleo no había recibido. Los dos hombres siguieron intentando y F sugirió que llamaramos una ambulancia, el tendero llamó. F y yo nos servimos el güaro en unas copitas desechables mientras los tipos halaban las extremidades del señor. Estando en esas llegó la ambulancia, entraron dos hombres, miraron al gordo, intentaron levantarlo entre los cuatro pero no pudieron, dijeron algo inaudible por el volumen de la música, encendieron la ambulancia y se fueron. F se puso a contarme una historia y yo me fui enredando. Después de unos minutos, cuando miré a mi alrededor vi a uno de los amigos del hombre hablando animadamente con una chica que acababa de entrar y al otro hablando con el tendero, un grupo de jóvenes se acomodaban como podían sin pisar al gordo para alcanzarle dinero a un mozo que había aparecido de repente. Me quedé todavía un buen rato más escuchando a F. Al ir al baño tuve que fijarme en no enredarme con la pierna del gordo que seguía en el piso. Cuando regresé F comentó que el señor se había caido en el peor lugar, pues obstruía el acceso a la vitrina. Después de otro cuarto de güaro decidimos irnos para la casa, desde la calle volteé a mirar por última vez la tienda, !Sigue ahí! le dije a F, ¿Qué?... ah sí! dijo F.

11/01/2010

El gato tarda en olvidar la mariposa

Hoy estoy como un gato que pierde de vista una mariposa que ha estado persiguiendo. Yo he estado persiguiendo ideas que me abandonan de repente. He seguido buscándolas como el gato sigue mirando el aire con nerviosismo. Algo me ha robado otro día, no sé qué es, no tengo un autodiagnóstico, puede ser el frío, podría ser algo que comí, algún espíritu malévolo o una deficiencia cerebral. Algo de todo eso me ha robado también las palabras y mi silencio ha vuelto a ser incómodo para muchos, algunos hasta han huido. La causa de esta grave sintomatología podría ser bastante estúpida, algo hormonal por ejemplo, un pequeñísimo desequilibrio en la producción de algún químico en el cerebro...cómo saberlo. Buscar la causa sólo produce más nerviosismo, sería más práctico buscar un remedio, un calmante tal vez, si el precio no fuera perder cualquier posibilidad de brillo, si no destruyera así toda posible inspiración. El gato tarda en olvidar la mariposa. Pero el gato tiene la ventaja de que cuando su empeño es muy fuerte no le da insomnio, el sueño siempre lo vence y todo vuelve a la calma. ¿Esa renuncia es sabia? A quién le importa! ¿Quién le exige sabiduría a un gato?


10/19/2010

Funambulismo



Una vez más me pregunto cómo es que en la espera

uno vuelca toda su alma y existencia

sobre una línea tan inestable

como es la línea telefónica*.



* Válido también para la línea de correos

10/17/2010

De la pertinencia de un sindicato de vendedores de helados

(Fragmento de aquella novela inexistente)


Iba con cierta frecuencia a ese parque, no hubo una sola vez en la que no viera a esa señora con su carrito de helados, siempre sonriente y dispuesta.A juzgar por su impecable delantal blanco tomaba muy en serio su oficio.Parecía haber nacido para eso. Siempre que le compré helados fue amabilísima. Aún así había alguna cosa que hacía que yo no tuviera ganas de acercarme a ella y mis ganas de comerme una paleta desaparecieran. Es probable que aquella cosa fuera precisamente su sonrisa, esa como felicidad incómoda que en el fondo me daba lástima.

En esta ciudad el clima es en extremo variable, el mismo día puede hacer un calor extenuante y un frío de perros, puede brillar el sol y llover de un momento a otro. Antes de salir de casa todo está despejado, la temperatura agradable, el sol en todo su esplendor, pero dos horas después puede verse uno empapado bajo la tormenta. No hay ninguna señal de que vaya a pasar lo uno o lo otro y los meteorólogos no aciertan. No creo que haya ninguna ventaja en esto, pero si la hubiera no podría ser otra sino el consecuente refuerzo de la capacidad previsora de la gente, obligada a cargar sombrilla todos los días si no quiere mojarse.

Las condiciones no son pues las mejores para los vendedores ambulantes de helados. Todos sabemos que la gente no compra helados en los días fríos. Es preciso observar que estas personas son bastante humildes para entender lo que un día nublado significa para ellas. Por ser gente que vive del día a día, sus necesidades básicas dependen exclusivamente de la venta de helados, que tengan en la noche un lugar donde dormir y algo que comer depende del clima. La señora en cuestión siempre sonreía, incluso los días nublados cuando no había casi nadie en el parque. Ella simplemente estaba ahí parada con su carrito de helados; en la mitad del inmenso parque vacío esperaba que alguien apareciera no sé de dónde y le comprara un helado. Yo no quería acercarme a ella, me daba algo de pesar, pero lo más definitivo para mí era el patetismo de su sonrisa, no me cabía en la cabeza que estuviera feliz en un día tan malo y que su optimismo fuera tal que la hiciera quedarse ahí esperando un cambio en los designios meteorológicos de la divina providencia, designios muy caprichosos como hemos visto.

Imaginarme por un momento lo que es depender completamente de algo externo, en absoluto incontrolable, como el tiempo, me produce un fastidio enorme. La señora sonríe sin embargo, no sé si es que su estado de ánimo no depende de las ventas y del éxito de su jornada o si es que puede ser feliz habiéndose entregado de ese modo al azar.*

* Lo mismo vale para los vendedores de sombrillas

10/13/2010

Deducciones del siquiatra

Hay dos tipos de locos: los que se enloquecen en su entorno, en su casa, delante de su familia y de sus amigos y los que se van a enloquecerse lejos. Los primeros son los peligrosos, esos son los que están más graves y los que llegan a representar una verdadera amenaza para la tranquilidad de quienes les rodean, esos requieren de todo el cuidado y atención, los otros han conservado hasta el último momento la preocupación por su reputación y si pudieron obedecer a ella, con toda seguridad podrán también salir de su estado de perturbación y regresar a su entorno original a llevar una vida relativamente normal. Por lo general estas personas llegan al límite de demencia en su primer viaje largo a un destino internacional, después lo pensarán bien antes de volver a abandonarlo todo.

10/01/2010

ASÍ FUE COMO X SALIÓ DE NUESTRAS VIDAS

_Bueno, es que x era una persona normal, quiero decir…actuaba de manera lógica. No esperamos nunca algo así de X. No cabíamos del asombro. Nunca pensamos que…nos sorprendimos sí, pero jamás nos imaginamos que no regresaría, nos pareció algo loco claro, pero supusimos que era algo pasajero, una broma de X, aunque X no solía hacer bromas tan contundentes, pero bueno.

Usted sabe, no se lo cree, un final así no se lo cree uno. La gente dice: voy por cigarrillos, nadie sale a correr así. X lo hizo. Ibamos caminando todos juntos y de pronto, sin decir nada arrancó a correr, corría muy rápido como si creyera que íbamos a perseguirlo. Nosotros nos detuvimos claro, y obervamos cómo se alejaba, nos miramos perplejos y observamos otra vez- la recta era larguísima y sólo lo perderíamos de vista cuando estuviera realmente lejos- . C dijo: se le habrá olvidado algo.

Ante situaciones así uno no sabe qué decir. No hablamos del asunto, pero quedamos preocupados. X era una persona educada, como la mayoría de gente tímida hablaba de acuerdo a las normas de cortesía, ya sabe, frases del tipo “podría hacerme usted el favor”, “gracias, ha sido usted muy amable”. Estaba siempre bien vestido, limpio, era puntual…No es común que alguien así salga corriendo sin avisar, por eso nos preocupamos un poco. Recuerdo haber pensado que tendría alguna razón poderosa y al día siguiente nos la contaría. Pero X se esfumó, pareciera que el aire se lo hubiera tragado en algún punto de la recta. Así fue como X salió de nuestras vidas. Cuando nos avisaron de su casa que no había llegado nos quedamos fríos. Pasó un día y luego otro y otro y X no regresó. Hubo algunos rumores de gente de la zona, que lo habían visto, que estaba muerto…pero nada comprobable, ninguna historia medianamente creíble. Ya sé que ésta no es creíble, pero hay tres testigos más y todos coincidimos en nuestras declaraciones.

No sé qué pudo pasarle y me cuesta creer que X lo haya planeado porque no estaba preparado, no llevaba nada consigo, ni siquiera un saco para el frío…además siendo una persona tan responsable no se iría justo antes de su graduación. Pero nunca encontraron su cadáver. La policía investigó el caso durante meses, hasta que se cansó de la falta de indicios, nos investigaron a nosotros también. Con esta historia es comprensible que nos convirtieramos en sospechosos ¿no cree?.

9/22/2010

Fragmento de mi novela

-Que qué estoy haciendo aquí con este frío, con los pies mojados y en nochebuena? Es una buena pregunta si. Todos evitamos pasar la noche buena en un lugar al que no hemos sido invitados, o en un sitio en donde uno se siente fuera de lugar. La noche buena no es la noche que escogeríamos para el ridículo, hacemos todo lo posible para pasarla con la familia de una manera tradicional y aferrarnos más que nunca a esa estabilidad en la que el mundo de afuera, que queda más allá de la sala y la chimenea y el vino y la bandeja con galletas recíen horneadas, desaparece. Es la única noche del año en la que es bien visto que nos olvidemos de los problemas de la realidad y regresemos al regazo hogareño, no importa cuán costoso resulte. Por eso debe parecerles bastante raro que yo esté aquí a estas horas, a pesar de que es más raro que ustedes estén atendiendo todavía pese a la evidente falta de clientes. No les debo más explicaciones de las que ustedes me deben a mí.

No somos ni los primeros ni los últimos en estar en esta embarazosa situación, aunque debo admitir que no es algo común. No todos tienen en su historia una nochebuena fuera de lugar. Pero sucede. Sucede aunque uno lo evite. Así como suceden muchas cosas en la vida, a pesar de uno, por el implacable designio del destino o del azar, no importa ya.

En mi casa tuvimos una vez a un escosés. Cata, que andaba muy metida en redes sociales y cosas de esas, se comprometió a hospedarlo en noche buena. No creo que lo haya hecho muy gustosamente, creo más bien que era un compromiso difícil de evadir, una forma de pagar algún favor de un amigo o simplemente el precio de estar en couchsurfing. El hecho es que tuvimos a un escocés completamente desconocido en la intimidad de nuestra familia. No hablaba nada de español, ni una palabra. Todos lo compadecimos y fuimos muy amables, pero de todas formas era algo molesto. El hombre quería caer bien a toda costa y la situación era penosa. Aunque no quisieramos dirigíamos toda nuestra atención al escocés.

No todas la familias de por aquí tienen un escocés en su casa en nochebuena.

Nosotros no entendemos el inglés de escocia y no queríamos intentarlo una vez más, por eso los gestos predominaron durante toda la velada. No bastándole el ridículo de su sola presencia, el escocés se puso su falda y nos ofreció un espectáculo de baile escocés después de la cena. A los niños debió molestarles especialmente porque fue antes de abrir los regalos y era algo con lo que no contaban, pero son niños muy educados y supieron controlarse.

9/15/2010

Walkabout o donde he estado todo este tiempo

Después de haber conseguido apartarme de todos con grandes esfuerzos, después de haber soltado el apretado nudo de la amarra de la barca y haber andado un poco a la deriva, a merced de la corriente algunas veces y otras dando vueltas estancada en la tranquilidad del agua, con tan solo un remo; después de haberme internado en el bosque, lejos del ruido del mundo de afuera, la encontré al fin. Ahí estaba ella, no me vio durante un buen rato en el que yo la observé muerta de miedo y cansancio. Estaba sentada en una piedra. Su perfil hacia las copas de los árboles. Parecía buscar la luz como todos ellos. La espalda encorvada.

Tuve el tiempo suficiente para pasar del miedo al fastidio. Cuando me vio, me miró fijamente. Su mirada fue larga y no recuerdo haber visto ningún gesto, todo desapareció para mí, tuve la sensación de haber desaparecido, o por lo menos, de haber perdido mis contornos. Después, como si acabaramos de despertar de una pesadilla, nos llenamos de odio. Estuvimos esquivándonos, amenazándonos, dando círculos como fieras salvajes hasta que, agotadas, nos sentamos bien lejos la una de la otra.

Poco a poco nuestro pulso fue estabilizándose, la respiración empezó a hacerse más lenta, los músculos fueron aflojándose y yo me dormí. No sé cuánto tiempo pasó.Al despertar deseé no verla, pensé que se había ido, pero me observaba desde el mismo lugar. Me llené de angustia y ella también. Después decidí ignorarla, pero no se fue. Se quedó con obstinación. Resistía con fuerza a pesar de que algunas veces parecía asustada. Pasaron los días y ella seguía ahí. Yo también, no había recorrido todo ese camino en vano y además no sabía ya como volver, ni siquiera había amarrado la barca.

Mi desesperación fue creciendo, me tranquilizaba pensando que eso, como todo, tendría que pasar, dejar de ser. Algo pasaría al final.

Fui calmándome, me di el tiempo para pensar. Al fin la miré y descubrí que no me disgustaba tanto, ya no me parecía tan monstruosa, hasta pensé que podría llegar a ser muy agradable si conseguía acercarme y arreglarla un poco. A ella debió pasarle algo similar porque me miraba de otra forma, parecía menos intranquila. Sus facciones ya no se veían tan afiladas, su espalda menos arqueada. Terminamos sentadas una frente a otra, mirándonos a los ojos. De repente nos agradamos, empezamos a sentirnos a gusto. Llegué a entenderla, no ví más su miedo y mi deseo de hacerle daño cesó. Fue acercándose poco a poco, con más confianza cada vez y yo dejé de retroceder disgustada. Sus ojos negros se fundieron en la oscuridad de la noche.

Al despertar me sentí renovada, parecía que había logrado descansar, aún así el camino y el hambre habían hecho mella en mí. Pero ella ya no estaba y yo me sentía de maravilla. Había triunfado. La reconciliación la había liberado.Era una mañana despejada y me sentía con fuerzas para emprender el camino de regreso. Me había quitado un peso de encima, pero mi fin era incierto.

He ido alimentándome de lo que encuentro. Llevo poco y no sé si logre regresar, si todo sigue así creo que lo conseguiré. Si mi cuerpo logra la fuerza necesaria y consigo el alimento adecuado y suficiente. Mi fuerza radica en mi unidad. Si ella siguiera allá en esa lejanía, yo no estaría aquí.

9/14/2010

sin título




Die Kino-Königin


Vivo en todos los confines,
en todos los carteles y cines.
Me verás en toda pantalla,
¡no importa al cine que vayas!
Todos me conocen y me aman,
la undécima musa me llaman.
Hoy señora de alto copete,
mañana mendiga en el templete.
Tan pronto india u otomana
como gran matrona romana.
En toda época, en todo lugar
soy mujer de armas tomar.
Al galope, con el rifle voy,
una vaquera de la pampa soy,
salvo terneros de una muerte atroz
y domo caballos de potente coz.
Con valentía sigo el rastro a forajidos
que escapan por tejados y caminos:
recorro panteones y tumbas sin contento
como temblorosa monja de convento.
Me sumerjo buceando en la corriente
y con gran aplauso de la gente
emerjo al poco rato en la superficie
sin menoscabo ni daño de mi efigie.
Apuñalada en tantísimos lugares,
envenenada en palacios y hogares,
pero ya en la siguiente peli
vuelvo a sonreírle a mi fiel Feli.
Allí donde voy, donde me paro,
donde amo, beso, bailo y salto,
por cerros, colinas y valles,
por lagos, ríos y mares,
a pie, en bicicleta y a caballo,
en submarino o aeroplano,
perseguida por sus clics y flashes,
por casa, portales y calles,
en realidad, en vigilia y en sueños
perdiendo siempre el resuello,
me dispara a cada rato
el fotógrafo con su aparato.

Tomado de "Kafka va al cine"
Pintura de Gary Villafuerte.

9/07/2010

VOTE POR MÍ AMIGO*

Señor(a) visitante de este blog:

Si le gusta lo que acá ve puedo pedirle que entre aquí y vote por mi cuento "VIDA DE PELÍCULA". Preferiblemente pulgar arriba, pero incluso el pulgar abajo ayudaría mucho.

El premio al ganador es un E-Book de 200 páginas lleno de escritos de sólo su autoría. E book que yo pondría inmediatamente en este blog al acceso de todos, conforme al ideal de democracia.


*Hago notar la tilde "en mí", pues no tengo ningún interés en que mi amigo gane. A menos que usted quiera ganar amigo, entonces me quitaré del camino y votaré por usted confiando en que tan noble gesto lo conmueva y lo haga votar por mí.

9/05/2010

La insoportable densidad del ser

El título la insoportable levedad del ser me ha parecido siempre atractivo, es sonoro y me causa una incomodidad difícil de olvidar. Leí el libro y me gustó, pero nunca he entendido muy bien lo que quiere decir el título, porque si hay algo que no me parece leve en este mundo es el ser. El máldito ser que es más pesado que el uranio. Denso. Re denso. Si el ser fuera leve uno no se sentaría a escribir. No puedo creer que alguien crea que el ser es leve. Y si hay alguien cuyo ser sea leve le tendré mucha envidia. No importa si es un idiota, la levedad de su ser será lo más envidiable sobre la faz de la tierra.

La insoportable densidad del ser es muchas veces la que lo lleva a uno a escribir. Vamos a escribir a ver si se me aliviana un poco el ser, a ver si vuelco una parte de su peso en palabras que se llevará el viento, pienso. Escribir sobre lo que sea, sobre lo que sea excepto sobre eso que me atormenta, precisamente porque es incomunicable, porque no logro decirlo ni darle una forma ni un nombre. Eso que al ponerlo en palabras se reduce y se vuelve vulgar y tonto, borbotones de palabras que no tocan, que rebotan en los inquebrantables muros de los interlocutores.

La insoportable densidad del ser. Su rápido sepulcro en caída libre. La insoportable consciencia de uno mismo, del escritor.

9/04/2010

Walkabout

The term Walkabout comes from the Australian Aboriginal. The idea is that a person can get so caught up in one's work, obligations and duties that the truly important parts of one's self become lost. From there it is a downward spiral as one gets farther and farther from the true self. A crisis situation usually develops that awakens the wayward to the absent true self. It is at this time that one must go on walkabout. All possessions are left behind (except for essential items) and one starts walking.

Metaphorically speaking, the journey goes on until you meet yourself. Once you find yourself, you sit down and have a long talk about what one has learned, felt and done in each other's absence. One talks until there is nothing left to say -- the truly important things cannot be said. If one is lucky, after everything has been said and unsaid, one looks up and sees only one person instead of the previous two.

Source unknown (from Gone Walkabout)

9/03/2010

El sentimiento mortal del paso uniforme de los días


"Es una irresponsabilidad viajar, incluso vivir, sin tomar apuntes. El sentimiento mortal del paso uniforme de los días es inaceptable."
Franz Kafka

Flâner

Flâner: Callejear. Andar sin objetivo determinado, al azar del capricho, perdiendo el tiempo. Etimología de origen desconocido. No obstante, se ha propuesto su procedencia a partir del islandés flanni (espíritu libre). El normando tiene la palabra flanier (tacaño).

Dictionaire de la langue française, 1875

8/31/2010

Las joyas de fantasía brillan más que las de verdad

Algunas personas me han sugerido que escriba sobre las cosas que me pasan, cosas reales que suceden en la vida real. Me cuesta trabajo hacerlo y pasó mucho tiempo sin que yo siquiera me planteara esa posibilidad. Es posible que esto tenga que ver con mi actitud desdeñosa hacia lo real, hacia el aquí y ahora. Puede ser que me haya pasado la vida imaginando ficciones para alejarme así de la aburrida realidad y puede ser que todo lo que he buscado en el mundo de la literatura fantástica esté aquí. Aquí en mi vida. Aquí en esta opaca sucesión de días aburridos.Por algo dicen que la realidad supera la ficción, pero no sé si “mi realidad” supere esa ficción. Pueden superarla mis historias íntimas, esas que nunca olvido, pero que van escondíendose cada vez más hondo, pues no me interesa que los demás se enteren de mis amores verdaderos e inolvidables o de mis aventuras. Si contara este tipo de cosas tendría más lectores porque el morbo, la curiosidad por la vida de los demás, siempre es mayor que la atracción por la literatura fantástica. Pero por otro lado mi presencia se limitaría a una tarde, pues no tengo muchas historias de ese tipo, unas dos o tres de película que en todo caso se diluyen en ese inmenso mar de años olvidables. Contar mi vida editada no abarcaría más de cinco horas. No podría escribir más que un libro y bien corto.

No podría escribir al estilo de sex and the city porque no tengo una vida sexual tan activa y no le veo mayor gracia a la promiscuidad. A menudo me cuesta entender las cosas que hace la gente por sexo, pues siempre me parece que no merece tanto la pena como para embarcarse en ese desfile inacabable de cuerpos pasando por la cama de uno. Pero tendría más lectores claro, seguro. Leer la descripción de una relación sexual parece ser más divertido aunque sea siempre lo mismo lo que se cuenta, y los finales posibles se limiten sólo a dos, en el fondo, pues por más adornos que se le ponga lo que importa es sólo una cosa. Escribir sobre la vida cotidiana podría ser anclarse más en ella y lo que persigo con la escritura es escapar de ella.

Tal vez no tiene mucho sentido hablar de esto porque la realidad y la ficción son algo tan jodidamente inestable que la confusión es casi segura, pasa entre ellas como entre dos hermanos gemelos. Uno tiene la ilusión de andar en tierra firme pero está en una superficie oscilante como la cubierta de un barco. Recuerdo haber dicho del 90 por ciento de mis escritos que se trataban de hechos reales, hechos absolutamente verídicos de mi vida, algunas veces dije muy convencida y con un tono más bien pedante y orgulloso: Todo lo que escribo es real, todo lo que cuento lo he vivido, está contado sin adornos, tal como fue. Y ahora me parece que todo lo que he escrito es literatura fantástica, a pesar de que recuerdo haber vivido lo que narré.

Mi pasado se ha perdido allá en el mundo de la ficción, ya no me reconozco en él, me parece que lo único real es este presente.Bastará con el paso del tiempo para que esta sucesión de días aburridos se convierta en pasado, en fantasía.Yo la completaré con un montón de palabras que la transformarán en algo digno de contar, algo memorable, en todo caso algo diferente a esta línea recta. Sin literatura cómo recordaría la vida, cómo llenaría de sentido esta sucesión de tiempos idénticos, no existiría ninguna ilusoria contraposición, sólo una línea recta infinita, sin principio ni fin y totalmente inerte.

Las joyas de fantasía brillan más que las de verdad. Las dos joyas terminan mezclándose y confundiéndose en la vastedad de los anaqueles y yo soy sólo una compradora confundida.

8/29/2010

En una carta a Oskar Pollak



"Necesitamos libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos, libros que nos hagan sentirnos desterrados a las junglas más remotas, lejos de toda presencia humana, algo semejante al suicidio. Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado que habita en nuestros corazones. Eso es lo que creo.

Franz Kafka
Carta a Oskar Pollak, 1904

8/28/2010

Valeria

La demencia de mi hermana es algo con lo que he tenido que lidiar en silencio desde hace años. Lo primero que nos dijo el siquiatra es que para poder avanzar en su curación era indispensable mantener el asunto en secreto, que todo el mundo se enterara y la empezara a tratar como a una loca era algo que la sentenciaba a no curarse jamás. Así nadie debía enterarse de su delicada condición mental.

Por ser la única persona que vive con ella soy la única que conoce los verdaderos alcances de su enfermedad, la única que ha padecido sus ataques y por lo mismo la única cuya vida está en riesgo. Nuestra familia se desentendió del asunto al asumir el pago del siquiatra y enviarle a ella un suma para sus gastos personales. Yo ya terminé de pagar las cuotas de mi casa, el trato inicial que hice con mi familia de dejarla vivir aquí a cambio de su ayuda económica mientras terminaba de pagar mi casa ya expiró, pero ahora ella quiere hacerse la de la vista gorda.

Los ataques de demencia de mi hermana son cada vez más agresivos teniendo que encerrarme yo durante horas o salir corriendo esté como esté de mi propia casa a fin de salvar mi vida. Ya en varias ocasiones los vecinos han tenido que llamar a la policía alarmados por la situación, ya una vez me ha cortado y tuve que ir al hospital de urgencia.

El tratamiento del siquiatra no ha dado el menor resultado y sí me ha puesto a mi en esta situación tan riesgosa, pues como siempre se mantuvo oculto el problema mental de mi hermana, todos tienen excusas para no creer lo que les cuento. No quiero abandonar mi casa, la he conseguido a costa de grandes sacrificios y no tengo ningún otro lugar a donde ir. Publico este escrito aquí porque temo que mi hermana Valeria me mate y les haga creer a todos que se trató de un suicidio.

No tengo tendencias suicidas, si se enteran de mi muerte ya saben quién lo hizo y espero que entonces tomen las medidas de precaución que debieron tomar antes y la encierren en un lugar en el que no pueda hacerle daño a nadie más.


8/24/2010

LAST DAYS

Hace más de 24 horas me siento observada por el lente de una cámara inexistente. Sucedió desde que vi LAST DAYS de Gus Van Sant, ya me había pasado antes con GERRY, del mismo director. Esto me inquieta lo suficiente para escribirlo, creo que no es del todo normal. Antes he llorado con otras películas, me he quedado pensando en ellas, pero nunca me había pasado como con estas dos. La afectación es tal que se ha prolongado toda una noche en vela y ha abarcado todas mi horas y mis movimientos. La identificación con Drake ha sido total y abrumadora y me ha causado un malestar estomacal. Para no entrar en detalles diré que Last days cambió mi vida.

8/18/2010

Jamais vu: A familiar person has been replaced by an impostor.

"Chris Moulin, of Leeds University, asked 92 volunteers to write out "door" 30 times in 60 seconds. At the International Conference on Memory in Sydney last week he reported that 68 percent volunteers showed symptoms of jamais vu, such as beginning to doubt that "door" was a real word. Dr Moulin believes that a similar brain fatigue underlies a phenomenon observed in some schizophrenia patients: that a familiar person has been replaced by an impostor. Dr Moulin suggests they could be suffering from chronic jamais vu."

8/14/2010

VIDA DE PELÍCULA

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Mi vida es como una de esas películas largas que cuando uno cree que ya se van a acabar siguen por un buen rato más. Al final uno ya no sabe para dónde va la película. Cuando uno cree que algo importante está por pasar no pasa nada, todo se congela en un eterno preludio que lo mantiene a uno mirando, si, a pesar de todo uno sigue ahí viendo esa película porque de algún extraño modo promete. Hay tensión, uno sospecha algún denso conflicto camuflado que puede estallar en cualquier momento.La protagonista tiene la rara costumbre de irse de todo antes de tiempo, siempre se está yendo y al final sólo queda un espacio vacío. Es de esas películas que terminan con escenas de habitaciones vacías, de casas abandonadas o de jardines solitarios.

Camila Bordamalo.

8/13/2010

La vida es demasiado corta

"La vida es demasiado corta para la forma literaria extensa; demasiado fugaz para que el escritor pueda entretenerse en descripciones y comentarios; demasiado psicópata para que pueda hacerse psicología, demasiado novelesca para una novela...La vida fermenta y se descompone con demasiada rapidez para poder conservarla mucho tiempo en libros vastos y largos."

Franz Kafka

Kafka en una carta a Brod

"Hoy, durante una noche de insomnio, cuando todo iba para uno y otro lado en mis sienes doloridas, cobré de nuevo consciencia, algo que casi había olvidado en los últimos tiempos relativamente tranquilos, de la fragilidad o incluso de la inexistencia del suelo sobre el que vivo, de la oscuridad de la que emergen a su gusto oscuras fuerzas que, sin atender a mi balbuceo, destruyen mi vida. Escribir me permite seguir viviendo, pero sería más apropiado decir que permite que siga existiendo aquel tipo de vida frágil e inconsciente. Con ello no quiero decir naturalmente que mi vida sea mejor cuando no escribo. No, en este caso es aún peor y absolutamente insoportable, y tiene que desembocar en la locura.Pero esto solo con la condición de que, como resulta ser en realidad, también soy escritor cuando no escribo; y en cualquier caso un escritor que no escribe es un absurdo que desafía a la locura."

Franz Kafka en una de sus cartas a su amigo Max Brod.

Sobre la singularidad

"Toda persona es singular y está llamada a actuar conforme a esa singularidad, pero es necesario que esta le resulte grata. Por lo visto, tanto en la escuela como en casa todo va encaminado a disipar la singularidad."

Franz Kafka

Fragmento de la novela

X me invitó a tomar un café, era uno de esos lugares tradicionales, arreglados a la antigua, la penumbra lo cubría todo con un manto sepia, los muebles antiguos de madera, el brillo detenido caprichosamente sobre el brazo de mi asiento… Dejé que mi mente se ausentara con la canción que sonaba Maybe I shall meet him Sunday, 
Maybe Monday, maybe not.
Still I'm sure to meet him one day,
MaybeTuesday will be my good news day, la versión de New York, New York.

Cuando volví a mirarla sonrió pálidamente, cuál es tu historia de amor, me preguntó.Sin darme tiempo para contestar empezó a contarme la suya: mi amor está muy lejos, en un país pequeño que nadie ubica en el mapa, vive poca gente allí y en ningún otro lugar hablan su idioma, los atardeceres allá son como esos atardeceres de película con los que todos hemos soñado alguna vez. Le pregunté el nombre y me lo dijo, pero no lo recuerdo, era en verdad un país poco conocido, nunca antes había oído hablar de él. Cuando yo tengo frío, él tiene frío. Cuando veo nubarrones desde mi ventana allá llueve, cuando aquí sale el sol, allá él puede sentir su calor, a veces nos encontramos en los sueños, pero el sueño siempre es el mismo, siempre nos separamos por circunstancias externas incontrolables que llegan ante la inminencia de la vigila. Ya nos estamos enfermando los dos de nostalgia, ¿Z sabes si la nostalgia es mortal?

8/12/2010

insecto

ESCRIBIENDO LA NOVELA

Es la primera vez que intento escribir una novela. Siempre escribí cuento corto porque me fluía deliciosamente, por un tiempo alardeé de mi talento para el microrrelato, pero después me obsesioné con la novela por la sencilla razón de que no me fluye fácil y supone un reto. Sabiendo que siempre podré escribir microrrelatos con los cuales me sienta satisfecha, me dedico ahora a una novela. No sé si dedicarse sea el verbo adecuado, pues escribo una página cada 15 días, pero quizás dedicarse a escribir una novela no es sentarse a escribir todos los días de 7 de la mañana a 5 de la tarde, o de seis de la tarde a dos de la mañana. Dedicarse a escribirla puede ser también pasarse parte del día pensando en el próximo suceso a narrar o en cómo terminar un capítulo, cómo unir a los personajes, qué relaciones crear, qué tiempos usar...me temo que se va más tiempo pensándolo y ordenándolo en la cabeza que escribiéndolo una vez se tiene claro.

Todo se empieza a ver desde el ángulo de la novela, cada día está uno atento a lo que observa, a qué puede ser una ocurrencia divertida para la novela y así uno va descubriendo no sólo cosas referentes a la técnica sino también a la vida, escribir literatura es escribir sobre la vida, la vida en toda su extensión.

Hoy me di cuenta de que no se puede crear un personaje creíble si uno mezcla rasgos de la personalidad de varias personas que conoce, lo cual es todo un descubrimiento sicológico para mí. Eso quiere decir que todos tenemos algo en nosotros, una especie de eje, que nos hace perfectamente coherentes en el conjunto de nuestros rasgos personales, vistos desde afuera. Por eso todos sabemos casi siempre qué esperar de quienes conocemos y por eso cuando nos sorprenden nos parece algo absurdo y por tanto literario. Algo ante lo cuál no sabemos cómo reaccionar porque parece por fuera de la realidad, de lo que era predecible, algo fantástico, literario.

Puedo inventar historias ficticias, pero no personalidades ficticias, los personajes deben ser perfectamente creíbles, son ellos quienes sustentan todo y si hay fallas notorias en su estructura sicológica no serán tomados en serio. Por eso me parece mejor reservar la invención para los hechos, que al fin de cuentas son lo único que puede cambiar a su antojo. Los personajes en la novela siempre son gente que conozco y que creo que jamás leerá la novela y si la lee no se verá retratada porque la cuota de fantasía metida en la historia maquilla muy bien su retrato.

Si pensamos en el escritor como un "Dios", en el sentido de que lo dispone todo, esta regla se confirma plenamente, en la vida vemos que pasan cosas que cambian un destino predecible, pero nunca vemos que la gente cambie de personalidad radicalmente, cuando ponemos nuestras esperanzas en el cambio de personalidad de alguien, casi siempre nos vemos defraudados, es más fácil que mucha gente se gane la lotería a que cambie su forma de ser. Como escritora me siento con derecho a manipular los sucesos, pero no la estructura interna de los personajes, si no fuera así escribiría libros de superación personal.

Para que las acciones de los personajes sean creíbles, éstas deben obedecer a una personalidad ya conocida por el lector, una personalidad de la que ya nos podemos fiar, así cómo nos fiamos de nuestra hermana y no tememos que nos asesine en la noche. No puedo describir a un personaje como un vago y al mismo tiempo narrar sus intentos de triunfo.

Otra cosa a la que he de estar atenta es a no pretender ser todos los personajes, no puedo dejar que todos sean una auto descripción mía. Eso me lleva a preguntarme: ¿Cómo soy yo? en responder eso se me puede ir la vida entera, por eso pienso que escribir es un camino de descubrimiento personal. Puede ser más fácil preguntarse ¿Cómo no soy yo? y crear personajes que sean como yo no soy. Lo importante ahora para mí es tener los límites claros, no auto describirme en todos y no mezclar rasgos de distintas personalidades, mejor describir a los seres humanos que conozco que inventarme unos que pueden no existir en ningún lugar.

8/05/2010

cementerio guajiro

PLAN ILIMITADO A UN DESTINO NACIONAL

No me la paso por ahí diciendo que llamo a mi mamá muy seguido, sospecho que para cualquiera que sepa de sicología es más bien un mal signo que yo, a esta edad, llame tan seguido a mi mamá, tampoco es que cuente por ahí las cosas que le digo o le pregunto, porque eso si que sería un mal indicio, pero me animo hoy a escribir esto porque dio la casualidad que un día, en casa de mi madre, le sonó el celular a una vecina suya, era su hijo, la llamaba desde Nueva York a preguntarle el color de la corbata que debía comprar para ir a un matrimonio, hoy hay mucha variedad de corbatas en los almacenes. Así que no es tan anormal llamar a la mamá a preguntarle ese tipo de cosas-pensé- al menos no soy la única, sospecho que todos los que tenemos nuestra mamá viva y en otra ciudad hacemos lo mismo, pero preferimos ocultarlo.

Mi madre debió quedar algo extrañada por mis preguntas en nuestras últimas conversaciones telefónicas, de repente le he preguntado por un señor del pueblo que apenas si me importa, un señor x, al que de vez en cuando debe encontrarse en la calle.

_Es que anoche soñé que se moría.

Debe quedar algo intrigada pensando que es una premonición, a pesar de lo escéptica que es. En el fondo se debe quedar pensándolo.

La cuestión es que últimamente sueño que muere gente del pueblo, son sueños impresionantes, de esos súper reales, tanto que me hacen llamarla a preguntarle, además ha habido unas muertes inesperadas. La semana pasada yo le decía al teléfono:

_¿Y cómo está CCCCCCC?
_bien..
_ ¿De salud cómo está?
_que yo sepa, bien

_Es que anoche soñé que se moría.

Hoy le pregunté por la salud de HHHHH, esa sí que ha sido una pregunta extraña, porque yo jamás pregunto por HHHHH, a mi mamá no le cae nada bien HHHHHH.

_ Soñé que estaba muy enferma y se iba a morir.



8/01/2010

Una casa sin vecinos a cien metros a la redonda

En la introducción a su libro error humano Chuck Palahniuk dice, hablando del sueño de todo escritor: "En cierta forma, es lo contrario del sueño americano: hacerse uno tan rico que pueda elevarse por encima de la chusma, de toda esa gente que va por la autopista, o peor todavía, que va en autobús. No, el sueño es una casa grande y solitaria en alguna parte. Con un ático de lujo como la de Howard Hughes. O un castillo en lo alto de una colina, como el de William Randolph Hearst. Un nido encantador y aislado donde uno pueda invitar solamente a la chusma que le cae bien. Un entorno que uno pueda controlar, libre de conflictos y de dolor. Donde uno reine.
Sea un rancho en Montana o un apartamento en un sótano con diez mil DVD y acceso a internet de alta velocidad, nunca falla. Vamos allí y conseguimos estar solos. Y solitarios".

Hace poco me sorprendí soñando con una casa sin vecinos a por lo menos cien metros a la redonda, me imaginé cómoda en ella, aliviada por la certeza de no ver a nadie a menos que lo deseara tan fervientemente como para conducir o caminar varios kilómetros. Me imaginé escribiendo en un momento de inspiración, agarrando al instante cada uno de esos momentos...una casa sin vecinos a cien metros a la redonda donde yo lo controle todo, donde todo esté en mis manos, donde no me sorprenda ninguna visita inesperada, ninguna llamada imprudente, donde no me suceda que justo en el momento en el que siento que tengo algo que escribir llegue alguien. Recordé al príncipe Saurau en Transtorno de Thomas Bernhardt, vivía recluido en su castillo y tenía muchos guardias apostados en el largo camino boscoso vigilando que nadie se acercara.

Una casa sin vecinos a cien metros a la redonda.




7/28/2010

Tigre blanco

Me asombra el parecido de la India con Colombia; cuando leí este libro del hindú Aravind Adiga, todo me parecía igual a Colombia, salvo por el Ganges y los millones de Dioses más a los que veneran. Balram Halwai, alias Tigre blanco nos cuenta su historia durante siete noches, a la luz mortecina de una araña. Para no extenderme diré que es buenísimo, el tono irreverente e inteligente de Balram es fantástico, en medio de su historia de asesino se cuelan frases sabias y certeras que dan en el punto. Describe muy bien la realidad de la India, la realidad del subdesarrollo, y lo mejor: le quita ese velo de ridícula y patética espiritualidad a lo que no es más que podredumbre, corrupción y miseria. Cito a continuación un párrafo que me parece perfectamente aplicable a Latinoamérica.


"Un día, mientras llevaba a mis ex patrones, el señor Ashok y la señora Pinky, en su Honda City, el señor Ashok me puso una mano en el hombro y me dijo:

_Para a un lado.

Acto seguido, se echó hacia delante, tan cerca que olí la loción de afeitado- era deliciosa: un aroma frutal aquel día-, y me dijo, como siempre con mucha educación:

_ Balram, voy a hacerte unas preguntas, ¿de acuerdo?

_ Si, señor- dije yo

_ Balram- me preguntó el señor Ashok-,¿Cuántos planetas hay en el cielo?

Yo le respondí lo mejor que supe.

_Balram, ¿quién es el primer ministro de la India?

Y luego:

_Balram, ¿Cuál es la diferencia entre un hindú y un musulmán?

Y también:

-¿Cómo se llama nuestro continente?

El señor Ashok se echó de nuevo hacia atrás y le preguntó a la señora Pinky:

_¿Has oído sus respuestas?

_ ¿No está bromeando?- preguntó ella, y mi corazón se aceleró, como cada vez que hablaba.

_No. Éstas son las respuestas que él considera correctas.

Ella soltó una risita al oírlo, pero él ( yo lo veía en el retrovisor) estaba muy serio.

_La cuestión es que él habrá ido seguramente…¿cuánto?, ¿dos o tres años al colegio? Sabe leer y escribir, pero no asimila lo que ha leido. Está a medio hacer. Aquí abunda la gente como él, te lo aseguro. Y nosotros confiamos nuestra gloriosa democracia parlamentaria- me señaló a mí- a personajes de este tipo. Ésa es la gran tragedia de este país.

Suspiró.

_ Muy bien, Balram. Ya puedes arrancar."