8/31/2010

Las joyas de fantasía brillan más que las de verdad

Algunas personas me han sugerido que escriba sobre las cosas que me pasan, cosas reales que suceden en la vida real. Me cuesta trabajo hacerlo y pasó mucho tiempo sin que yo siquiera me planteara esa posibilidad. Es posible que esto tenga que ver con mi actitud desdeñosa hacia lo real, hacia el aquí y ahora. Puede ser que me haya pasado la vida imaginando ficciones para alejarme así de la aburrida realidad y puede ser que todo lo que he buscado en el mundo de la literatura fantástica esté aquí. Aquí en mi vida. Aquí en esta opaca sucesión de días aburridos.Por algo dicen que la realidad supera la ficción, pero no sé si “mi realidad” supere esa ficción. Pueden superarla mis historias íntimas, esas que nunca olvido, pero que van escondíendose cada vez más hondo, pues no me interesa que los demás se enteren de mis amores verdaderos e inolvidables o de mis aventuras. Si contara este tipo de cosas tendría más lectores porque el morbo, la curiosidad por la vida de los demás, siempre es mayor que la atracción por la literatura fantástica. Pero por otro lado mi presencia se limitaría a una tarde, pues no tengo muchas historias de ese tipo, unas dos o tres de película que en todo caso se diluyen en ese inmenso mar de años olvidables. Contar mi vida editada no abarcaría más de cinco horas. No podría escribir más que un libro y bien corto.

No podría escribir al estilo de sex and the city porque no tengo una vida sexual tan activa y no le veo mayor gracia a la promiscuidad. A menudo me cuesta entender las cosas que hace la gente por sexo, pues siempre me parece que no merece tanto la pena como para embarcarse en ese desfile inacabable de cuerpos pasando por la cama de uno. Pero tendría más lectores claro, seguro. Leer la descripción de una relación sexual parece ser más divertido aunque sea siempre lo mismo lo que se cuenta, y los finales posibles se limiten sólo a dos, en el fondo, pues por más adornos que se le ponga lo que importa es sólo una cosa. Escribir sobre la vida cotidiana podría ser anclarse más en ella y lo que persigo con la escritura es escapar de ella.

Tal vez no tiene mucho sentido hablar de esto porque la realidad y la ficción son algo tan jodidamente inestable que la confusión es casi segura, pasa entre ellas como entre dos hermanos gemelos. Uno tiene la ilusión de andar en tierra firme pero está en una superficie oscilante como la cubierta de un barco. Recuerdo haber dicho del 90 por ciento de mis escritos que se trataban de hechos reales, hechos absolutamente verídicos de mi vida, algunas veces dije muy convencida y con un tono más bien pedante y orgulloso: Todo lo que escribo es real, todo lo que cuento lo he vivido, está contado sin adornos, tal como fue. Y ahora me parece que todo lo que he escrito es literatura fantástica, a pesar de que recuerdo haber vivido lo que narré.

Mi pasado se ha perdido allá en el mundo de la ficción, ya no me reconozco en él, me parece que lo único real es este presente.Bastará con el paso del tiempo para que esta sucesión de días aburridos se convierta en pasado, en fantasía.Yo la completaré con un montón de palabras que la transformarán en algo digno de contar, algo memorable, en todo caso algo diferente a esta línea recta. Sin literatura cómo recordaría la vida, cómo llenaría de sentido esta sucesión de tiempos idénticos, no existiría ninguna ilusoria contraposición, sólo una línea recta infinita, sin principio ni fin y totalmente inerte.

Las joyas de fantasía brillan más que las de verdad. Las dos joyas terminan mezclándose y confundiéndose en la vastedad de los anaqueles y yo soy sólo una compradora confundida.

8/29/2010

En una carta a Oskar Pollak



"Necesitamos libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos, libros que nos hagan sentirnos desterrados a las junglas más remotas, lejos de toda presencia humana, algo semejante al suicidio. Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado que habita en nuestros corazones. Eso es lo que creo.

Franz Kafka
Carta a Oskar Pollak, 1904

8/28/2010

Valeria

La demencia de mi hermana es algo con lo que he tenido que lidiar en silencio desde hace años. Lo primero que nos dijo el siquiatra es que para poder avanzar en su curación era indispensable mantener el asunto en secreto, que todo el mundo se enterara y la empezara a tratar como a una loca era algo que la sentenciaba a no curarse jamás. Así nadie debía enterarse de su delicada condición mental.

Por ser la única persona que vive con ella soy la única que conoce los verdaderos alcances de su enfermedad, la única que ha padecido sus ataques y por lo mismo la única cuya vida está en riesgo. Nuestra familia se desentendió del asunto al asumir el pago del siquiatra y enviarle a ella un suma para sus gastos personales. Yo ya terminé de pagar las cuotas de mi casa, el trato inicial que hice con mi familia de dejarla vivir aquí a cambio de su ayuda económica mientras terminaba de pagar mi casa ya expiró, pero ahora ella quiere hacerse la de la vista gorda.

Los ataques de demencia de mi hermana son cada vez más agresivos teniendo que encerrarme yo durante horas o salir corriendo esté como esté de mi propia casa a fin de salvar mi vida. Ya en varias ocasiones los vecinos han tenido que llamar a la policía alarmados por la situación, ya una vez me ha cortado y tuve que ir al hospital de urgencia.

El tratamiento del siquiatra no ha dado el menor resultado y sí me ha puesto a mi en esta situación tan riesgosa, pues como siempre se mantuvo oculto el problema mental de mi hermana, todos tienen excusas para no creer lo que les cuento. No quiero abandonar mi casa, la he conseguido a costa de grandes sacrificios y no tengo ningún otro lugar a donde ir. Publico este escrito aquí porque temo que mi hermana Valeria me mate y les haga creer a todos que se trató de un suicidio.

No tengo tendencias suicidas, si se enteran de mi muerte ya saben quién lo hizo y espero que entonces tomen las medidas de precaución que debieron tomar antes y la encierren en un lugar en el que no pueda hacerle daño a nadie más.


8/24/2010

LAST DAYS

Hace más de 24 horas me siento observada por el lente de una cámara inexistente. Sucedió desde que vi LAST DAYS de Gus Van Sant, ya me había pasado antes con GERRY, del mismo director. Esto me inquieta lo suficiente para escribirlo, creo que no es del todo normal. Antes he llorado con otras películas, me he quedado pensando en ellas, pero nunca me había pasado como con estas dos. La afectación es tal que se ha prolongado toda una noche en vela y ha abarcado todas mi horas y mis movimientos. La identificación con Drake ha sido total y abrumadora y me ha causado un malestar estomacal. Para no entrar en detalles diré que Last days cambió mi vida.

8/18/2010

Jamais vu: A familiar person has been replaced by an impostor.

"Chris Moulin, of Leeds University, asked 92 volunteers to write out "door" 30 times in 60 seconds. At the International Conference on Memory in Sydney last week he reported that 68 percent volunteers showed symptoms of jamais vu, such as beginning to doubt that "door" was a real word. Dr Moulin believes that a similar brain fatigue underlies a phenomenon observed in some schizophrenia patients: that a familiar person has been replaced by an impostor. Dr Moulin suggests they could be suffering from chronic jamais vu."

8/14/2010

VIDA DE PELÍCULA

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Mi vida es como una de esas películas largas que cuando uno cree que ya se van a acabar siguen por un buen rato más. Al final uno ya no sabe para dónde va la película. Cuando uno cree que algo importante está por pasar no pasa nada, todo se congela en un eterno preludio que lo mantiene a uno mirando, si, a pesar de todo uno sigue ahí viendo esa película porque de algún extraño modo promete. Hay tensión, uno sospecha algún denso conflicto camuflado que puede estallar en cualquier momento.La protagonista tiene la rara costumbre de irse de todo antes de tiempo, siempre se está yendo y al final sólo queda un espacio vacío. Es de esas películas que terminan con escenas de habitaciones vacías, de casas abandonadas o de jardines solitarios.

Camila Bordamalo.

8/13/2010

La vida es demasiado corta

"La vida es demasiado corta para la forma literaria extensa; demasiado fugaz para que el escritor pueda entretenerse en descripciones y comentarios; demasiado psicópata para que pueda hacerse psicología, demasiado novelesca para una novela...La vida fermenta y se descompone con demasiada rapidez para poder conservarla mucho tiempo en libros vastos y largos."

Franz Kafka

Kafka en una carta a Brod

"Hoy, durante una noche de insomnio, cuando todo iba para uno y otro lado en mis sienes doloridas, cobré de nuevo consciencia, algo que casi había olvidado en los últimos tiempos relativamente tranquilos, de la fragilidad o incluso de la inexistencia del suelo sobre el que vivo, de la oscuridad de la que emergen a su gusto oscuras fuerzas que, sin atender a mi balbuceo, destruyen mi vida. Escribir me permite seguir viviendo, pero sería más apropiado decir que permite que siga existiendo aquel tipo de vida frágil e inconsciente. Con ello no quiero decir naturalmente que mi vida sea mejor cuando no escribo. No, en este caso es aún peor y absolutamente insoportable, y tiene que desembocar en la locura.Pero esto solo con la condición de que, como resulta ser en realidad, también soy escritor cuando no escribo; y en cualquier caso un escritor que no escribe es un absurdo que desafía a la locura."

Franz Kafka en una de sus cartas a su amigo Max Brod.

Sobre la singularidad

"Toda persona es singular y está llamada a actuar conforme a esa singularidad, pero es necesario que esta le resulte grata. Por lo visto, tanto en la escuela como en casa todo va encaminado a disipar la singularidad."

Franz Kafka

Fragmento de la novela

X me invitó a tomar un café, era uno de esos lugares tradicionales, arreglados a la antigua, la penumbra lo cubría todo con un manto sepia, los muebles antiguos de madera, el brillo detenido caprichosamente sobre el brazo de mi asiento… Dejé que mi mente se ausentara con la canción que sonaba Maybe I shall meet him Sunday, 
Maybe Monday, maybe not.
Still I'm sure to meet him one day,
MaybeTuesday will be my good news day, la versión de New York, New York.

Cuando volví a mirarla sonrió pálidamente, cuál es tu historia de amor, me preguntó.Sin darme tiempo para contestar empezó a contarme la suya: mi amor está muy lejos, en un país pequeño que nadie ubica en el mapa, vive poca gente allí y en ningún otro lugar hablan su idioma, los atardeceres allá son como esos atardeceres de película con los que todos hemos soñado alguna vez. Le pregunté el nombre y me lo dijo, pero no lo recuerdo, era en verdad un país poco conocido, nunca antes había oído hablar de él. Cuando yo tengo frío, él tiene frío. Cuando veo nubarrones desde mi ventana allá llueve, cuando aquí sale el sol, allá él puede sentir su calor, a veces nos encontramos en los sueños, pero el sueño siempre es el mismo, siempre nos separamos por circunstancias externas incontrolables que llegan ante la inminencia de la vigila. Ya nos estamos enfermando los dos de nostalgia, ¿Z sabes si la nostalgia es mortal?

8/12/2010

insecto

ESCRIBIENDO LA NOVELA

Es la primera vez que intento escribir una novela. Siempre escribí cuento corto porque me fluía deliciosamente, por un tiempo alardeé de mi talento para el microrrelato, pero después me obsesioné con la novela por la sencilla razón de que no me fluye fácil y supone un reto. Sabiendo que siempre podré escribir microrrelatos con los cuales me sienta satisfecha, me dedico ahora a una novela. No sé si dedicarse sea el verbo adecuado, pues escribo una página cada 15 días, pero quizás dedicarse a escribir una novela no es sentarse a escribir todos los días de 7 de la mañana a 5 de la tarde, o de seis de la tarde a dos de la mañana. Dedicarse a escribirla puede ser también pasarse parte del día pensando en el próximo suceso a narrar o en cómo terminar un capítulo, cómo unir a los personajes, qué relaciones crear, qué tiempos usar...me temo que se va más tiempo pensándolo y ordenándolo en la cabeza que escribiéndolo una vez se tiene claro.

Todo se empieza a ver desde el ángulo de la novela, cada día está uno atento a lo que observa, a qué puede ser una ocurrencia divertida para la novela y así uno va descubriendo no sólo cosas referentes a la técnica sino también a la vida, escribir literatura es escribir sobre la vida, la vida en toda su extensión.

Hoy me di cuenta de que no se puede crear un personaje creíble si uno mezcla rasgos de la personalidad de varias personas que conoce, lo cual es todo un descubrimiento sicológico para mí. Eso quiere decir que todos tenemos algo en nosotros, una especie de eje, que nos hace perfectamente coherentes en el conjunto de nuestros rasgos personales, vistos desde afuera. Por eso todos sabemos casi siempre qué esperar de quienes conocemos y por eso cuando nos sorprenden nos parece algo absurdo y por tanto literario. Algo ante lo cuál no sabemos cómo reaccionar porque parece por fuera de la realidad, de lo que era predecible, algo fantástico, literario.

Puedo inventar historias ficticias, pero no personalidades ficticias, los personajes deben ser perfectamente creíbles, son ellos quienes sustentan todo y si hay fallas notorias en su estructura sicológica no serán tomados en serio. Por eso me parece mejor reservar la invención para los hechos, que al fin de cuentas son lo único que puede cambiar a su antojo. Los personajes en la novela siempre son gente que conozco y que creo que jamás leerá la novela y si la lee no se verá retratada porque la cuota de fantasía metida en la historia maquilla muy bien su retrato.

Si pensamos en el escritor como un "Dios", en el sentido de que lo dispone todo, esta regla se confirma plenamente, en la vida vemos que pasan cosas que cambian un destino predecible, pero nunca vemos que la gente cambie de personalidad radicalmente, cuando ponemos nuestras esperanzas en el cambio de personalidad de alguien, casi siempre nos vemos defraudados, es más fácil que mucha gente se gane la lotería a que cambie su forma de ser. Como escritora me siento con derecho a manipular los sucesos, pero no la estructura interna de los personajes, si no fuera así escribiría libros de superación personal.

Para que las acciones de los personajes sean creíbles, éstas deben obedecer a una personalidad ya conocida por el lector, una personalidad de la que ya nos podemos fiar, así cómo nos fiamos de nuestra hermana y no tememos que nos asesine en la noche. No puedo describir a un personaje como un vago y al mismo tiempo narrar sus intentos de triunfo.

Otra cosa a la que he de estar atenta es a no pretender ser todos los personajes, no puedo dejar que todos sean una auto descripción mía. Eso me lleva a preguntarme: ¿Cómo soy yo? en responder eso se me puede ir la vida entera, por eso pienso que escribir es un camino de descubrimiento personal. Puede ser más fácil preguntarse ¿Cómo no soy yo? y crear personajes que sean como yo no soy. Lo importante ahora para mí es tener los límites claros, no auto describirme en todos y no mezclar rasgos de distintas personalidades, mejor describir a los seres humanos que conozco que inventarme unos que pueden no existir en ningún lugar.

8/05/2010

cementerio guajiro

PLAN ILIMITADO A UN DESTINO NACIONAL

No me la paso por ahí diciendo que llamo a mi mamá muy seguido, sospecho que para cualquiera que sepa de sicología es más bien un mal signo que yo, a esta edad, llame tan seguido a mi mamá, tampoco es que cuente por ahí las cosas que le digo o le pregunto, porque eso si que sería un mal indicio, pero me animo hoy a escribir esto porque dio la casualidad que un día, en casa de mi madre, le sonó el celular a una vecina suya, era su hijo, la llamaba desde Nueva York a preguntarle el color de la corbata que debía comprar para ir a un matrimonio, hoy hay mucha variedad de corbatas en los almacenes. Así que no es tan anormal llamar a la mamá a preguntarle ese tipo de cosas-pensé- al menos no soy la única, sospecho que todos los que tenemos nuestra mamá viva y en otra ciudad hacemos lo mismo, pero preferimos ocultarlo.

Mi madre debió quedar algo extrañada por mis preguntas en nuestras últimas conversaciones telefónicas, de repente le he preguntado por un señor del pueblo que apenas si me importa, un señor x, al que de vez en cuando debe encontrarse en la calle.

_Es que anoche soñé que se moría.

Debe quedar algo intrigada pensando que es una premonición, a pesar de lo escéptica que es. En el fondo se debe quedar pensándolo.

La cuestión es que últimamente sueño que muere gente del pueblo, son sueños impresionantes, de esos súper reales, tanto que me hacen llamarla a preguntarle, además ha habido unas muertes inesperadas. La semana pasada yo le decía al teléfono:

_¿Y cómo está CCCCCCC?
_bien..
_ ¿De salud cómo está?
_que yo sepa, bien

_Es que anoche soñé que se moría.

Hoy le pregunté por la salud de HHHHH, esa sí que ha sido una pregunta extraña, porque yo jamás pregunto por HHHHH, a mi mamá no le cae nada bien HHHHHH.

_ Soñé que estaba muy enferma y se iba a morir.



8/01/2010

Una casa sin vecinos a cien metros a la redonda

En la introducción a su libro error humano Chuck Palahniuk dice, hablando del sueño de todo escritor: "En cierta forma, es lo contrario del sueño americano: hacerse uno tan rico que pueda elevarse por encima de la chusma, de toda esa gente que va por la autopista, o peor todavía, que va en autobús. No, el sueño es una casa grande y solitaria en alguna parte. Con un ático de lujo como la de Howard Hughes. O un castillo en lo alto de una colina, como el de William Randolph Hearst. Un nido encantador y aislado donde uno pueda invitar solamente a la chusma que le cae bien. Un entorno que uno pueda controlar, libre de conflictos y de dolor. Donde uno reine.
Sea un rancho en Montana o un apartamento en un sótano con diez mil DVD y acceso a internet de alta velocidad, nunca falla. Vamos allí y conseguimos estar solos. Y solitarios".

Hace poco me sorprendí soñando con una casa sin vecinos a por lo menos cien metros a la redonda, me imaginé cómoda en ella, aliviada por la certeza de no ver a nadie a menos que lo deseara tan fervientemente como para conducir o caminar varios kilómetros. Me imaginé escribiendo en un momento de inspiración, agarrando al instante cada uno de esos momentos...una casa sin vecinos a cien metros a la redonda donde yo lo controle todo, donde todo esté en mis manos, donde no me sorprenda ninguna visita inesperada, ninguna llamada imprudente, donde no me suceda que justo en el momento en el que siento que tengo algo que escribir llegue alguien. Recordé al príncipe Saurau en Transtorno de Thomas Bernhardt, vivía recluido en su castillo y tenía muchos guardias apostados en el largo camino boscoso vigilando que nadie se acercara.

Una casa sin vecinos a cien metros a la redonda.