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9/11/2014

Conocí al máximo jefe de la mafia


 Conocí al máximo jefe de la mafia de los encendedores, el creador del cartel. Es un hombre serio, de voz grave, no sonríe. Los hombres de la mafia nunca sonríen. Cómo empezó todo, le pregunté, se transportó a sus años de infancia, me habló de su hermana:

_Alguna vez, acosado por la sospecha, entré al cuarto de mi hermana y lo esculqué todo, mis sospechas se confirmaron, debajo del colchón escondía cientos de encendedores, no le importaba que mi madre tuviera que comprar uno nuevo cada día. Muchos encendedores, de todos los colores y tamaños. Los cogí todos y me fui al mercado negro, para mi sorpresa me dieron por ellos mucho más de lo que esperaba.

_Vaya, ¡todo empieza en la infancia!

_ Si

_¿Y qué siguió después de eso?

_Después vino la preocupación por el medio ambiente.

_ ¿En su casa hablaban de la importancia de cuidar el medio ambiente?

_Si, mi madre hablaba de eso todo el tiempo y no aceptaba bolsas plásticas en los supermercados.

_Entonces puede decirse que usted venía de una familia con cierto nivel de educación.

_No soy un mafioso cualquiera. Tengo mis ideales. En ese entonces no se reciclaba, pero yo sabía que pronto se podría reutilizar el plástico, si podía llevar el robo de encendedores a una escala mayor y revenderlos lograría reducir la producción de encendedores nuevos, la fábrica de encendedores se vería obligada a producir menos y yo ganaría mucho dinero.

_¿Y cómo lo logró? ¿Contrató ladrones de encendedores?

_ Me colé en todas las fiestas y me dediqué a observar.

_  ?

_Veía quién se robaba el encendedor. Siempre, en todos los grupos, en todas partes, hay alguien que se roba el encendedor, es una especie de ley natural de nosotros los seres gregarios, en el pasado nos costaba mucho trabajo encender el fuego y en nuestros genes aún quedan resabios de eso. Cuando podía me acercaba al ladrón, le daba una tarjeta mía, le decía que le tenía una propuesta interesante, que no tenía por qué temer y nos citábamos en un lugar público.

_ ¿Y la gente iba así no más?

_ No todos, algunos eran recelosos, pero muchos iban.

_ ¿Y cómo son los ladrones de encendedores, obedecen a una tipología bien definida?

_En algunos aspectos podría decir que si, pero también son muy diferentes unos de otros, algunos no eran conscientes de que lo hacían y perdían los encendedores robados del mismo modo que los obtenían, sin siquiera notarlo. Otros eran perfectamente conscientes, pensaban en el próximo encendedor todo el tiempo, esos tenían en común la meticulosidad, solían ser pulcros, quisquillosos, observadores fríos, personas de pocos amigos, pese a tener una vida social agitada, motivada por el afán de posesión de encendedores.

_¿Estos ladrones coleccionaban los encendedores o los vendían?

_Eran pocos los que los vendían. El robo de encendedores en ese entonces no estaba motivado por el dinero sino por la magia del fuego. 

_¿Qué les decía usted?

_Que les daría dinero por esos encendedores, si los robaban nuevos, les daría más, si estaban con el gas a la mitad les daría la mitad, si casi no tenían gas, les daría la tercera parte.

_ ¿Y qué hacía con los que no tenían gas?

_Si no eran desechables, cosa rara, los llenaba, si no los acumulaba, convencido de que en algún momento valdrían algo, podrían reciclarse, sabía que llegaría un momento en el que las fábricas de encendedores los comprarían o el momento en el que yo mismo podría reciclar el material, estaba al tanto de los avances tecnológicos en la materia.

_Era un hombre con visión medioambiental. ¿Qué pasó después?

_ El número de ladrones de encendedores que me vendían su botín fue creciendo, había de todo, desde oficinistas hasta adictos al crack.

_ ¿Quienes roban más, los hombres o las mujeres?

_ Los hombres, pero no puedo decir que se deba a algo propio del género sino más bien al hecho de que en nuestra sociedad las mujeres no tienen la misma libertad que los hombres, si un hombre puede ir a mil fiestas y robar mil encendedores, una mujer puede ir a cien, nunca tendrá las mismas oportunidades para robar encendedores, ni siquiera las prostitutas las tienen.

_Entonces empezó a crecer…

_Si, empecé a crecer y a inundar el mercado, me eché encima a los propietarios de las fábricas de encendedores, monté mi propia planta de reciclaje y monopolicé la tenencia de la materia prima en mi continente.

_Se echó encima a los chinos.

_Los chinos intentaron matarme varias veces, pero soy un hombre de buenas, siempre escapé, mis guardaespaldas son fieles y eficientes.

_Les declaró la guerra.

_Si, al que no quiso aliarse conmigo lo exterminé.

_ Y después empezaron a seguirle los pasos ¿no es así?

_Si, aparecieron aspirantes a capos de los encendedores, en otras ciudades, en otros países.

_¿Los mató a todos?

_No, no a todos, con algunos hice acuerdos.

_¿Y en qué se gasta la plata ahora que es un hombre millonario, cómo vive?

_ Tengo una reserva natural enorme, soy dueño de numerosas fuentes hídricas. Mi casa es enorme, nadie entra a mi reserva sin mi autorización. En mi casa no se oye más ruido que el de los pájaros. No me baño en la ducha, me baño todos los días en mi propio río. Hago lo que quiero cuando quiero, cuando me aburro o siento peligro cerca me voy en mi avión privado a otra de mis reservas, el negocio marcha solo.

_ ¿Es cierto que mató más de 500 personas?

_Si.

_¿ Está dispuesto a entregarse a la justicia?

_ En lugar de juzgarme deberían agradecerme, si no fuera por mí nadaríamos en encendedores, se ofenden porque viene alguien y les roba el encendedor, pero no sienten ni pizca de remordimiento cuando lo botan a la basura ¿Sabe cuánto tiempo tarda el plástico en descomponerse? Más de un siglo. ¿Qué son 200 vidas comparadas con las generaciones condenadas a la extinción de su hábitat? Les hice un favor al librarlos de mis adversarios porque todos ellos querían producir más y más encendedores sin importar el costo que eso tiene para el planeta. Además invierto toda mi fortuna en el mantenimiento de reservas naturales.

_Entonces ¿deberíamos nombrarlo presidente?

_No tengo ningún interés en un cargo así, me gusta el ocio, levantarme a la hora que quiera, hacer lo que me dé la gana en todo momento, si fuera presidente viviría estresado.

_ Yo no cargo encendedor.

_¿Se los roba?

_Tampoco, si necesito uno lo pido y lo devuelvo en seguida y cuando compro alguno lo cuido, pero termina perdiéndose tarde o temprano.

_ Mis  colaboradores son eficientes y están en todas partes. Casi que hay uno en cada casa. Somos una comunidad fuerte.

Una vez concluida la entrevista, el máximo jefe de la mafia me invitó a sobrevolar su reserva.



5/01/2014

Cosas de mujeres


Pertenezco a una familia pequeña, una familia de mujeres, en nuestra familia solamente hay un hombre, serio y cabal, pero ese es otro tema, hoy quiero hablar solamente de lo que espontáneamente pasa entre nosotras las mujeres de mi familia, no sé si sea algo que pase mucho entre las mujeres, supongo que sí porque nosotras las mujeres siempre hemos sido pobres, todavía hoy un hombre gana más que una mujer por hacer el mismo trabajo, supongo que también hemos sido tradicionalmente más ricas en otras cosas, pero en lo referente al dinero podría decirse que somos “tradicionalmente” pobres, esa tradición debe haber dado origen hace miles de años a redes de solidaridad entre mujeres y eso debió calar tan hondo en los genes que hoy es una cosa perfectamente espontánea, que se da por sí sola, casi sin que nos demos cuenta. 

Así se mueve entre nosotras una economía misteriosa, una suerte de transacciones que nos alegran la vida, un intercambio de pequeñas sumas milagrosas, mi mamá le regala a mi tía 100.000, mi tía le presta a mi hermana 70.000, mi hermana me presta 40.000, al otro día yo le regalo a mi mamá 60.000, a los pocos días, mi hermana le devuelve a mi tía 70.000 y le regala 30.000, mi tía me regala 50.000, yo le regalo 100 a mi mamá, mi mamá le regala 30 a mi hermana, mi tía me presta 150...después de un tiempo las deudas están saldadas, los regalos repartidos...  de ese tipo son las transacciones que se dan entre nosotras, no siempre en efectivo, a veces son regalos que suplen necesidades y/o antojos de tipo primordialmente femenino, a veces bienes de consumo cultural, la mayoría de veces artículos útiles para la vida cotidiana. 

Las sumas varían, no son siempre tan pequeñas, eso depende, claro, del devenir de nuestra economía allá afuera en el mundo, varían también las relaciones y los fines, digamos: la ejecución de los dineros. Nunca me he puesto a hacer cuentas, sé que se trata de un sistema que marcha por sí solo, es perfectamente sostenible y nos soluciona problemas a todas, no quiero escudriñar en su funcionamiento porque temo que el mágico mecanismo de nuestra economía desaparezca. Somos  una cooperativa, al final terminamos todas con la misma cantidad de dinero que teníamos antes de empezar la nueva ola transaccional, pero con nuestras necesidades suplidas, nuestros objetivos realizados. Todas ganamos siempre o quedamos con esa sensación, nuestra economía se mueve.










9/17/2011

A título personal

Para todo escritor es preocupante no escribir. A veces pasa mucho tiempo antes de que llegue la inspiración, la idea o la motivación, disposición, o como la quieran llamar. Hoy no tengo nada particularmente bueno para escribir, nada de literatura pura, de todas formas quiero escribir. Será cuando mucho una nota de carácter personal, digamos más bien: un comentario. Un comentario sobre la gente que anda quejándose todo el tiempo, es muy molesta y todos queremos huir de su pesada presencia, le bajan la nota a todo el mundo, para ellos todo es malo o insuficiente, la vida es un destemplado lamento, quieren que todos nos demos cuenta de lo injusto que es todo y nos echemos a la pena, quieren que todo nos parezca tan difícil que renunciemos de antemano. Quieren hacernos pensar que su fracaso es la ley inevitable de la vida que nos terminará golpeando a nosotros también. Todo es gris y triste para ellos. Todo es dificultad e imposibilidad, un obstáculo tras otro, nada es fácil. A veces caemos en esa actitud sin darnos cuenta y esa constante quejadera sólo nos hunde más, nos hace seres indeseables. Una buena actitud es algo muy apreciado. Me estoy quejando de la gente que se queja, pero esta es mi última queja.

9/04/2011

La casa del silencio

La estructura narrativa de la casa del silencio es inteligente, impecable. Pamuk se mete en la mente de cada uno de los personajes, sólo la mente del Nilgün permanece oculta para el lector y tal vez por eso resulta la más pura, la única limpia. De entre todos Nilgün es la más noble y sobre ella recaerá todo el peso de la historia. Pamuk es deslumbrantemente inteligente, en la casa del silencio hace un recorrido por la historia de una familia y al mismo tiempo por parte de la historia de Turquía. Al final la opinión de Nilgün de que toda historia por pequeña que sea tiene una razón resulta aplastantemente cierta, contraria a la de su hermano que, tras entregarse al estudio minucioso de la historia, no encuentra ninguna razón de ser en los acontecimientos que la conforman.

Estamos atados a los actos de nuestros antepasados y su peso recae sobre nosotros, no será fácil librarnos de esto, al intentarlo condenaremos a otros, la vida se nos irá en la ardua lucha por ser lo que queremos ser y no lo que heredamos o lo que somos por el condicionamiento de la historia, librarse de años de tradición es una tarea titánica, en ocasiones pesan más la heridas y frustraciones heredadas u ocasionadas en la niñez que la luz de la voluntad, el peso de la cultura en la que se nace, los barrotes de la religión.

Al final cuando todo estalla, porque al fin de cuentas toda historia tiene un final, el peso suele recaer sobre el más vulnerable, sobre el inocente. La culpa es el precio inevitable que los personajes de la casa del silencio pagan por su rebelión, por su sumisión, por su exceso o su omisión. La vida es un complejo entramado que los va arrastrando a todos. ¿Vale la pena pasarse la vida luchando contra el mundo, luchando contra la historia propia? La obsesión por liberarse del oscurantismo y salvar al hombre de la ignorancia resulta tan absurda como la lucha por preservar la tradición. Parece que no hay salida y lo mejor sería vivir sumido en la inconsciencia y sin preguntarse si Dios existe o no.

Hoy que vemos cómo muchos de nuestros conocidos se aferran con desespero a la cultura oriental y desprecian el legado de Occidente, la casa del silencio es doblemente interesante pues nos muestra a un oriental que se aferraba desesperado al legado de Occidente. Cito una parte particularmente reveladora sobre la diferencia entre Oriente y Occidente:

"¡Esta noche he descubierto esa frontera invisible que nos separa de ellos! No, no es la ropa, ni las máquinas, ni las casas, ni el mobiliario, ni los profetas, ni los gobiernos, ni las fábricas lo que separa Oriente y Occidente. Eso son solo concecuencias. Lo que nos separa de ellos es esa pequeña y simple realidad: ellos se han dado cuenta de la existencia de ese pozo sin fondo llamado muerte, de la nada, nosotros no tenemos ni idea de esa terrible realidad¡"

El adormecimiento de Oriente se debe según Selâhattin a la completa falta de consciencia respecto a la muerte, al final concluye: "Pienso en la muerte, luego soy occidental". En mi opinión esa total inconsciencia frente a la mortalidad es peor que la muerte misma, es el desperdicio de la vida y el triunfo total y avasallador de la nada, ojalá Selâhattin tuviera razón y esa inconsciencia aquejara sólo a Oriente, mucho me temo que no. Yo me pregunto qué buscan los occidentales en su ciega admiración por Oriente ¿Perder el miedo a la muerte? ¿Perderlo no es la muerte misma? ¿Perderlo no es acaso entregarse al desperdicio del escaso tiempo que tenemos aquí?

4/30/2011

El perdido


Perdido se aferró al primer camino que encontró, pues todos los caminos conducen a algo. Después de caminarlo por varios días llegó al final del sendero y no había nada, sólo la espesura de la selva, supo entonces que algunos caminos no conducen a nada.

4/25/2011

Todos quieren gorrear música

Tengo dificultad para hacer amigos. Estoy en plena juventud y soy nuevo en este pueblo, además vengo de otro país muy lejano y todo es muy extraño para mí. Los jóvenes de aquí me miran con curiosidad pero no sienten afinidad, cuando paso al lado de ellos detienen la conversación, y no se aseguran de ser ellos mismos otra vez sino hasta cuando ven que ya voy muy lejos. Lo más seguro es que tenga que vivir mucho tiempo aquí, hasta que la justicia se olvide de mi padre o hasta que lo den por muerto, mientras tanto este sigue siendo un lugar perfecto para un fugitivo. Por eso he observado a los jóvenes, no quiero seguir siendo un extraño, en algún momento habrá que romper el hielo.

La música une a los hombres, donde hay música hay alegría, me dije, y decidí empezar por ahí. Oyen una música horrible, pero a todos les gusta, los pone a mover el esqueleto. Ahora que ya tengo los nombres de los artistas que les gustan y este buen equipo que traje de mi país más avanzado puedo llevar a cabo mi plan para conseguir su amistad.

25 de abril

Lo he hecho, eché los parlantes en el morral y salí a caminar por las callejuelas. El sonido bien ecualizado. Buen volumen para que me sigan oyendo como a cinco cuadras. Voltearon a mirarme con más emoción que antes, algunos me han sonreído.

30 de abril

He ido venciendo su timidez, unos pocos ya me siguen, la música es un señuelo eficaz. Todavía falta un poco, cuando volteo se quedan inmóviles y miran para otro lado.

5 de mayo

Ahora me siguen muchos, a medida que avanzo se unen más y más, cada cuadra se suman más. Quieren disfrutar de la música y del buen sonido de que dispongo. Al principio eran muy tímidos todavía para romper el hielo, pero ahora hay algunos, -los más extrovertidos, claro- que bailan. Así mientras yo camino ellos bailan detrás de mí, a veces me detengo unos minutos para que les quede más fácil bailar, pero sólo a veces, cuando estoy de buen genio.

10 de mayo

Todos quieren gorrear música. Siempre llevo el morral con los parlantes encendidos y ellos se van detrás de mí moviendo el esqueleto. Ahora esperan ansiosos a que salga de la casa.

8/01/2010

Una casa sin vecinos a cien metros a la redonda

En la introducción a su libro error humano Chuck Palahniuk dice, hablando del sueño de todo escritor: "En cierta forma, es lo contrario del sueño americano: hacerse uno tan rico que pueda elevarse por encima de la chusma, de toda esa gente que va por la autopista, o peor todavía, que va en autobús. No, el sueño es una casa grande y solitaria en alguna parte. Con un ático de lujo como la de Howard Hughes. O un castillo en lo alto de una colina, como el de William Randolph Hearst. Un nido encantador y aislado donde uno pueda invitar solamente a la chusma que le cae bien. Un entorno que uno pueda controlar, libre de conflictos y de dolor. Donde uno reine.
Sea un rancho en Montana o un apartamento en un sótano con diez mil DVD y acceso a internet de alta velocidad, nunca falla. Vamos allí y conseguimos estar solos. Y solitarios".

Hace poco me sorprendí soñando con una casa sin vecinos a por lo menos cien metros a la redonda, me imaginé cómoda en ella, aliviada por la certeza de no ver a nadie a menos que lo deseara tan fervientemente como para conducir o caminar varios kilómetros. Me imaginé escribiendo en un momento de inspiración, agarrando al instante cada uno de esos momentos...una casa sin vecinos a cien metros a la redonda donde yo lo controle todo, donde todo esté en mis manos, donde no me sorprenda ninguna visita inesperada, ninguna llamada imprudente, donde no me suceda que justo en el momento en el que siento que tengo algo que escribir llegue alguien. Recordé al príncipe Saurau en Transtorno de Thomas Bernhardt, vivía recluido en su castillo y tenía muchos guardias apostados en el largo camino boscoso vigilando que nadie se acercara.

Una casa sin vecinos a cien metros a la redonda.




6/02/2010

Penguin Cafe Orchestra

Hace rato no subo ningún escrito. Podría subir un escrito de hace mucho tiempo, pero eso sería hacer trampa, el blog dejaría de ser mi reflejo actual, como pretender engañar a alguien con una foto de hace seis años. Eso podría ser bueno o malo, pero seguiría siendo una trampa que no quiero hacer, hay trampas que puedo querer hacer, trampas que hice años atrás como echarle un caldo maggi a la sopa cuando mi mamá no se daba cuenta.
Hace rato no escribo. No me llega la inspiración, ando con la mente ocupada en documentos, aplicaciones, cartas, disertaciones...en fin, la cadena es tan larga que llegué hasta el expresionismo alemán. Una hora de navegación cibernaútica buscando becas me ha puesto en la necesidad de leer sobre el expresionismo, preferiblemente en Praga, y escribir 20 páginas en alemán y en inglés sobre alguna peliaguda cuestión y yo, armada de valor, he aceptado el guiño y me he embarcado en ese reto tan retro. Mientras tanto "cuentos al borde la locura", abandonado a su propia suerte como un padre soltero. La inspiración no llega sino muy de vez en cuando, es por eso que nadie vive de ella.

He subido imágenes, dibujos míos actuales hechos intencionalmente para compensar un poco la falta de literatura, o cromos que sobrevivieron a mi niñez coleccionista. Cuando no puedo escribir automáticamente me vuelco hacia la imagen. Me vuelco también hacia la búsqueda de música nueva que pueda traerme esa inspiración necesaria para escribir, inspiración en dosis fuertes, cada vez más fuertes.

Ahora mismo oigo the penguin cafe orchestra, exactamente Galis farnaby's dream, y siento algo extraño al oír esos acordes de música llanera, sobre todo porque todo esperaba ahora, menos imaginarme los llanos colombianos, pero si es the penguin cafe orchestra, me digo, esos no son ingleses acaso? Confirmo, son ingleses, de los 70s. A los acordes llaneros los siguen otros totalmente clásicos, europeos, medievales...y todo metido en la misma canción con un lazo melódico impecable...no es que me encante, pero no puedo menos que reconocer la maestría de estos ingleses que unieron tan limpiamente los llanos colombianos y la Europa medieval.
Lo que hace posible esa unión es que el Arpa es de origen irlandés y estuvo en boga en la Edad Media, pero fue abandonada en el Renacimiento. Y como aquí todavía estamos como en la Edad Media...tenemos la música llanera que estos ingleses, muy sagaces, relacionaron con la música medieval europea metiéndole un órgano de esos bien oscuros.
Espero que la inspiración, en la que yo siempre creeré por más que me tilden de medieval, llegue pronto y pueda compartir con ustedes algo de literatura fantástica, mientras tanto les ofreceré la callada compañía de las imágenes.

5/28/2010

Por poco y me resbalo, resbalarse es agradable cuando uno no se lleva a nadie por delante ni se raspa, ni le cae nadie encima, ni lo ve nadie, uno se levanta como si nada y sigue su camino.