7/28/2010

Tigre blanco

Me asombra el parecido de la India con Colombia; cuando leí este libro del hindú Aravind Adiga, todo me parecía igual a Colombia, salvo por el Ganges y los millones de Dioses más a los que veneran. Balram Halwai, alias Tigre blanco nos cuenta su historia durante siete noches, a la luz mortecina de una araña. Para no extenderme diré que es buenísimo, el tono irreverente e inteligente de Balram es fantástico, en medio de su historia de asesino se cuelan frases sabias y certeras que dan en el punto. Describe muy bien la realidad de la India, la realidad del subdesarrollo, y lo mejor: le quita ese velo de ridícula y patética espiritualidad a lo que no es más que podredumbre, corrupción y miseria. Cito a continuación un párrafo que me parece perfectamente aplicable a Latinoamérica.


"Un día, mientras llevaba a mis ex patrones, el señor Ashok y la señora Pinky, en su Honda City, el señor Ashok me puso una mano en el hombro y me dijo:

_Para a un lado.

Acto seguido, se echó hacia delante, tan cerca que olí la loción de afeitado- era deliciosa: un aroma frutal aquel día-, y me dijo, como siempre con mucha educación:

_ Balram, voy a hacerte unas preguntas, ¿de acuerdo?

_ Si, señor- dije yo

_ Balram- me preguntó el señor Ashok-,¿Cuántos planetas hay en el cielo?

Yo le respondí lo mejor que supe.

_Balram, ¿quién es el primer ministro de la India?

Y luego:

_Balram, ¿Cuál es la diferencia entre un hindú y un musulmán?

Y también:

-¿Cómo se llama nuestro continente?

El señor Ashok se echó de nuevo hacia atrás y le preguntó a la señora Pinky:

_¿Has oído sus respuestas?

_ ¿No está bromeando?- preguntó ella, y mi corazón se aceleró, como cada vez que hablaba.

_No. Éstas son las respuestas que él considera correctas.

Ella soltó una risita al oírlo, pero él ( yo lo veía en el retrovisor) estaba muy serio.

_La cuestión es que él habrá ido seguramente…¿cuánto?, ¿dos o tres años al colegio? Sabe leer y escribir, pero no asimila lo que ha leido. Está a medio hacer. Aquí abunda la gente como él, te lo aseguro. Y nosotros confiamos nuestra gloriosa democracia parlamentaria- me señaló a mí- a personajes de este tipo. Ésa es la gran tragedia de este país.

Suspiró.

_ Muy bien, Balram. Ya puedes arrancar."

7/15/2010

Si los pajaritos hicieran así


Aquella muchacha era tan maleducada que en las visitas se ponía de pronto a silvar sin importarle que frente a ella tuviera lugar una conversación. Era pesada como un petardo. En aquella ocasión su madre tuvo a bien decirle que dejara de silvar, ¿pero por qué?, dijo la petarda.

-Por que es desagradable

- Pero si suena como los pajaritos

Su hermana, ya bastante fastidiada:

- Si los pajaritos hicieran así ya todos nos habríamos suicidado hace rato.

- ¿Y si se me da la gana silvar?

-Pues entonces váyase a la parte atrás y silve allá dónde nadie la oiga.


Se impone el microrrelato en la literatura latinoamericana