9/29/2013

Tengo el tiempo de vivir

Tantas cosas sobre las que podría escribir. Tantos deseos de escribir y tan pocas ganas de abordar un tema concreto, una experiencia, una opinión. Me duele el cuerpo, no sé si son los músculos o los huesos. Sangro mucho. Me digo que es normal, que es la luna. Todo puede estar bien. Por momentos todo está muy bien, la vida me da regalos y señales. Luego me desvío un poco. Me trazo caminos, uno y otro. La complejidad me abruma. Encuentro refugios. Suceden encuentros mágicos. 

Por días  leo las mentes de la gente y lo único que quiero es esconderme. La soledad me devuelve la paz y la alegría. Mi deuda con mi cuerpo es cada vez mayor, me digo que debo hacer ejercicio, pero después de nadar llego tan cansada que no vuelvo a hacerlo sino hasta dentro de dos o tres semanas. Salir a nadar es ver gente, un precio demasiado alto.Todo en mi vida va muy lento en los niveles superficiales, pero las capas tectónicas de mi vida se mueven agitadamente, suceden grandes cambios en el telón de fondo. Me reconcilio con la cocina. Empiezo a prepararme nuevamente el alimento. 

En los únicos momentos en los que no me siento rara es cuando estoy sola, entonces algo florece dentro mío y salen cosas, ideas. Me dan extraños ataques de sueño. Después, cuando ya he comprado algo para quitarme el sueño, no me da sueño, me conecto y me desconecto. La buena noticia es que ahora me conecto, antes estaba desconectada todo el tiempo. La discontinuidad y los cambios bruscos en la electricidad en este barrio afectan mi casa y me afectan a mí. Vuelvo a mi música. La obstrucción energética cede. Veo de pronto un montón de luz. Veo de pronto mucha belleza. A veces estoy llena de energía y otras veces estoy exhausta. Estoy viviendo, tengo el tiempo de vivir.

9/23/2013

FESTIVER


Festiver, el festival de cine verde de Barichara se llevó al cabo del 17 al 21 de septiembre en el pueblito más lindo de Colombia. Se proyectaron 64 películas y hubo para todos los gustos y edades, hubo animaciones, documentales, spots, cortometrajes y largometrajes, todos con un objetivo común: crear consciencia ecológica. Además de las proyecciones, el festival ofreció talleres para los jóvenes realizadores de la provincia y en general para todos los interesados, talleres de guión, de dirección, de fotografía y también de temas ambientales y de cocina vegana.

Me alegra mucho que el pueblo donde crecí sea el escenario de Festiver, me causó muy buena impresión ver que los estudiantes de programas de creación audiovisual de ciudades cercanas a Barichara como San Gil y el Socorro asistieran a los talleres con tanto entusiasmo y participaran en las actividades programadas. La labor social que cumple Festiver al llevar este tipo de cine a las veredas y al diseñar su programa pensando en la comunidad de Barichara es importantísima porque informa a la gente sobre lo que está pasando en otros lugares y le da herramientas para cuidar su entorno, preservar sus recursos y actuar de un modo amigable con el planeta que ayude o por lo menos mitigue el daño que le causamos diariamente. 

9/11/2013

Ciudad



Detalle fotograma de "Cena con esposo y amigo" Camila Bordamalo García

El hombre es lo que come


No sé si con esta frase Feuerbach quiso decir lo que yo interpreto, hoy estoy muy perezosa para ponerme a leer sobre las tesis teológicas y filosóficas de Feuerbach, en mi adolescencia leí filosofía, pero después la literatura pura me sedujo al punto que dejé de leer cualquier otra cosa que no fuera cuento o novela. Cuando oigo esta frase, el hombre es lo que come, pienso en la gente que he visto comiendo en las fritanguerías, en la que he visto en restaurantes vegetarianos, en restaurantes gourmet, restaurantes de comida típica, restaurantes de comida rápida, restaurantes miserables y restaurantes regulares, restaurantes de todo tipo, buenos y malos. Pienso en las diferencias que veo entre unos y otros, pero tratándose de una frase dicha por un filósofo, lo más probable es que mi interpretación sea errada, con esa frase Feuerbach pudo querer decir todo lo contrario a lo que dijo. Poco me importa, yo sigo citándolo, y más en estos días en los que la comida ha sido un tema tan importante, derivado del paro agrario y de todo lo que lo rodea.
Yo creo firmemente que el hombre es lo que come, lo creo positiva, científicamente. Me opongo a los transgénicos porque he visto a la gente que los come, me opongo a los TLC porque sé que al ser transportado el alimento pierde  gran parte de su valor energético. En Estados Unidos he visto como la gente pobre, que es cada vez más, se ve obligada a comer basura transgénica porque la orgánica es sólo para ricos, he visto como les da cáncer a todos después, he visto lo gordos y feos que son y lo infelices que son sus vidas por comer un alimento que no sabe a nada, no alimenta, un alimento que es feo y sólo decepciona. Uno de los grandes placeres de la vida es comer, comer no debería ser una tortura ni una tarea mecánica, comer es lo que mantiene la vida, es el combustible esencial. Me emputa que tengamos unos gobernantes tan estúpidos o tan hijueputas que nos quiten la posibilidad de comer rico y sobre todo, saludable, nuestro gobierno nos está quitando el pan de la boca para reemplazárnoslo por pedazos de icopor y de paso nos está asegurando un futuro de enfermedad, nos quiere condenar a una vida infeliz llena de trámites y reclamos contra las EPS. Sólo quien tenga el dinero suficiente podrá comer algo decente, mientras el campo fértil es expropiado o arruinado. Mientras nuestras tierras se vuelven infértiles por las prácticas de siembra perversas que quieren instaurarnos, para que unos pocos, sólo unos pocos, naden en dinero.
Nunca había sentido la necesidad de expresar un compromiso político mediante mi arte, esta vez es diferente, es imposible ignorar las cosas que están pasando. Mientras en países como Estados Unidos la gente piensa todo el tiempo en el apocalipsis y en los zombis, debido, probablemente, a la cantidad de comida transgénica que consume, aquí nosotros estamos dormidos, ojalá despertando y ojalá no demasiado tarde. Privatizan el sol en España, pretenden encarcelar a una familia en Inglaterra por tener una granja autosuficiente y en Colombia el ICA destruye las semillas de arroz de los agricultores y les vende semillas transgénicas contaminadas con bacterias, me parece que ya es tiempo de leer El país de las últimas cosas de Paul Auster o de embobarse viendo Futurama, pues nos espera un futuro así, lleno de mutantes.
Además de creer en esa frase de Feuerbach, creo en el I Ching. Si los gobernantes leyeran y entendieran el I Ching no estaríamos tan mal, pese a tratarse de un libro tan antiguo, surgido en un contexto tan diferente al de hoy, sus enseñanzas son traducibles y no inducen a error, no fallan. Pero soñar con que algún político colombiano lea y entienda el I Ching es como soñar con desbancar a Madonna. Ya Simón Gaviria nos demostró hace unos meses que los políticos aquí no saben ni siquiera leer. El I ching tiene un hexagrama llamado las comisuras de la boca (la nutrición), éste hexagrama es, a mi parecer, el más importante de todos, transcribo aquí su dictamen:
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9/08/2013

Botar lo viejo para estrenar.


Foto: Camila Bordamalo. En algún pueblo olvidado de Quintana Roo.

Lo último que quiero es convertir cuentos al borde de la locura en un blog con artículos sobre superación personal,  tendría más éxito en la sociedad y hasta podría ganar un dinero nada despreciable, pero estaría cometiendo una traición a la literatura. Después de decir esto se me quitan las ganas de escribir sobre eso de cambiar la vida de uno y bla bla bla, pero como no se me ocurre nada menos baboso que decir hoy, y quiero decir algo para que no se pierda la costumbre de decir cosas, diré que si uno no está contento con la vida que lleva, cosa que debe pasarle al 90% de la gente, debe hacer algo para destruir el estado imperante de las cosas. Si no se está sintiendo bien es porque hay cosas fuera de su lugar o en el lugar equivocado; con cosas me refiero a hechos, personas, lugares…es preciso reordenarlo todo, pararse un momento (dure lo que dure ese momento) mirar alrededor y detectar las fuentes de malestar, las cosas fuera de lugar, las que están en el lugar equivocado, los errores cometidos, los aciertos. Echar de la vida de uno a quien sea preciso, establecer prioridades, asimilar la lección, saber por qué se llegó a ese estado, saberlo y estar atento para que no suceda en el futuro emprendimiento, pues después de reordenar hay que re-emprender.

Hay que romper lazos y vínculos que se han demostrado nocivos, infructuosos o tediosos, debe eliminarse toda fuente de mala vibra. No debe uno temerle a nada, si hay malestar no hay que aferrarse. Que no nos de miedo renunciar a un trabajo que nos hace infelices, que no nos de miedo la adversidad, no perdamos de vista el ideal. Desechemos lo que nos distrae de él que toda distracción es obstáculo. Que no nos de miedo acabar una relación inconveniente, estéril. Que no nos de miedo acabar un par de amistades. Que no nos de miedo intentarlo en otro lugar. Sólo vendrán cosas buenas, el eliminar de la vida la mayor cantidad de fuentes de conflicto le abre espacio a las cosas buenas, la probabilidad de que éstas lleguen aumenta. Si hay malas personas alrededor de uno no llegarán las buenas, saldrán repelidas. Se trata de elevar la energía interna y la energía circundante. El cambio deber ser enérgico, categórico, no sirven las medias tintas, lo que no sirve que no estorbe. 

Aveces hay que botar lo viejo para estrenar.