5/01/2014

Cosas de mujeres


Pertenezco a una familia pequeña, una familia de mujeres, en nuestra familia solamente hay un hombre, serio y cabal, pero ese es otro tema, hoy quiero hablar solamente de lo que espontáneamente pasa entre nosotras las mujeres de mi familia, no sé si sea algo que pase mucho entre las mujeres, supongo que sí porque nosotras las mujeres siempre hemos sido pobres, todavía hoy un hombre gana más que una mujer por hacer el mismo trabajo, supongo que también hemos sido tradicionalmente más ricas en otras cosas, pero en lo referente al dinero podría decirse que somos “tradicionalmente” pobres, esa tradición debe haber dado origen hace miles de años a redes de solidaridad entre mujeres y eso debió calar tan hondo en los genes que hoy es una cosa perfectamente espontánea, que se da por sí sola, casi sin que nos demos cuenta. 

Así se mueve entre nosotras una economía misteriosa, una suerte de transacciones que nos alegran la vida, un intercambio de pequeñas sumas milagrosas, mi mamá le regala a mi tía 100.000, mi tía le presta a mi hermana 70.000, mi hermana me presta 40.000, al otro día yo le regalo a mi mamá 60.000, a los pocos días, mi hermana le devuelve a mi tía 70.000 y le regala 30.000, mi tía me regala 50.000, yo le regalo 100 a mi mamá, mi mamá le regala 30 a mi hermana, mi tía me presta 150...después de un tiempo las deudas están saldadas, los regalos repartidos...  de ese tipo son las transacciones que se dan entre nosotras, no siempre en efectivo, a veces son regalos que suplen necesidades y/o antojos de tipo primordialmente femenino, a veces bienes de consumo cultural, la mayoría de veces artículos útiles para la vida cotidiana. 

Las sumas varían, no son siempre tan pequeñas, eso depende, claro, del devenir de nuestra economía allá afuera en el mundo, varían también las relaciones y los fines, digamos: la ejecución de los dineros. Nunca me he puesto a hacer cuentas, sé que se trata de un sistema que marcha por sí solo, es perfectamente sostenible y nos soluciona problemas a todas, no quiero escudriñar en su funcionamiento porque temo que el mágico mecanismo de nuestra economía desaparezca. Somos  una cooperativa, al final terminamos todas con la misma cantidad de dinero que teníamos antes de empezar la nueva ola transaccional, pero con nuestras necesidades suplidas, nuestros objetivos realizados. Todas ganamos siempre o quedamos con esa sensación, nuestra economía se mueve.










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