Pensándolo bien tiene muchos sitios por donde
irse, se escabulle por los drenajes, aprovecha cada vez que abro la puerta o
alguna ventana. No me he preocupado por mantenerlo prisionero, la puerta del
patio está abierta todo el día, que se vaya si quiere.
Pero que se escape a plena luz del día, de
noche no por lo sagrado del sueño. El suministro temporal nocturno debe
ser de ocho horas y otras tantas extras, disponibles siempre.
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