EL CUADRO
Ayer, mientras trabajaba, el cuadro que colgaba de la pared encima de la mesa de trabajo llamó mi atención por un leve movimiento, supe entonces que se iba a caer, se trataba de una advertencia. Lo descolgué y lo puse en el sofá. No sé que hacer, siento que si lo cuelgo de nuevo se caerá encima del computador y la impresora. Verlo ahí, sobre el sofá, me hace sentir que estoy de trasteo. Lo más prudente es esperar unos días hasta que sienta que el peligro se fue. Algo me lo dirá. Simplemente lo sabré.
EL LIBRO
C tiene a la China en su destino, eso se hizo evidente desde que era un niño chiquito y luego no ha hecho más que comprobarse, cuando C reparó en mi biblioteca sus manos se dirigieron rápidamente al I CHING y no a cualquier otro de mis libros. C no conocía el I- CHING, no lo había visto nunca. Lo consultamos, C le preguntó sobre su destino en la China, y el oráculo, inusualmente generoso, pidió ser consultado por segunda vez.
Textos e ilustraciones: Camila Bordamalo García
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