Por eso le decía que fuimos como aves de mal agüero, porque nos miraron raro y se quedaron largo rato con la vista quieta sobre nosotros, yo creo que es porque venían oyendo nuestra conversación, han debido oír cuando él me dijo:
-No nos damos cuenta, uno puede morirse y no darse cuenta.
- ¿O sea que estamos muertos?
Eso le pasa a uno por estar hablando de lo que no sabe y por no creer en el poder de las palabras. Porque yo sí me di cuenta cuando el bus empezó a andar como borracho y todos gritaban, yo oí el grito de esa mujer que se angustió tanto, y después, cuando el bus al fin paró, me di cuenta de que había sido un accidente y de que la mujer que gritaba estaba parada y bien y de que nosotros estábamos bien, pero ellos han debido oír nuestra conversa porque se nos quedaron mirando con los ojos como raros.
Él me cogió de la mano y como pudimos nos trepamos por la registradora y salimos, el otro carro era pequeño y estaba todo arrugado, ya no tenía forma, hasta podía uno pensar que eso no era ni había sido nunca un carro, yo no vi bien porque él no me dejó, él vio la sangre ahí, derramada sobre el asiento y después nos echamos a correr, pero ni así podíamos dejar de sentir sus miradas, es que fuimos como aves de mal agüero.
De Perros en el cielo
2005
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