Hace
dos días tuve la inmensa tristeza de enterrar al perro de mi hermana que murió
envenenado. Esa mañana no quise sacarlo de inmediato, él como siempre me llevó la correa para darme a entender que quería que lo sacara ya de paseo, pero yo quería hacer un par de cosas antes, le dije que me esperara, mi mamá me dijo que le abrieramos la puerta para
que saliera a hacer popó y regresara, lo habíamos hecho antes algunas veces y
el perro regresaba a los cinco minutos y después de haber hecho lo que sea que
tuviéramos que hacer en una casa que es un hospedaje y un almacén, donde a veces hay gente que atender y siempre labores que realizar de manera inmediata, lo
sacábamos a un paseo más largo, lo llevábamos al bioparque o al caucho. El perro siempre recibió un buen trato, tenía
sus vacunas, su comida, su camita, lo bañábamos, lo cepillábamos, lo
despulgábamos, lo llevábamos al veterinario ante cualquier problema de salud
que tuviera y le dábamos mucho cariño, cuando yo estaba de visita dormía
conmigo en mi habitación y recibía mis mimos, tenía sus juguetes y yo siempre
le traía de regalo alguna cosita rica de comer de esas que venden en las
tiendas para mascotas, a veces le jugaba un rato y podría decirse que lo
mimábamos de una forma un poco exagerada, como si se tratara de un niño (a mí me gustan los animales, los niños no mucho), y aunque a veces nos quejábamos de mi hermana que lo adoptó porque le puso más oficio a mi mamá, lo queríamos mucho porque él era todo amor e inocencia. Ese
día no habían pasado ni diez minutos desde que salió cuando un vecino nos llamó
de la veterinaria a decirnos que lo habían encontrado agonizando y que estaban haciendo todo lo posible por salvarlo, bajé lo más rápido que pude con
una amiga china que se estaba quedando en mi casa y se ofreció a acompañarme, por el camino pensaba que seguramente lo iban a salvar, pero cuando
llegué ya había muerto.
El
vecino que tan amablemente lo llevó y que es un amante de los animales, un
activista diría yo, pues junto con su esposa adoptan perros y les dan todo lo
necesario, me reprochó el que el perro estuviera solo, cómo dejan salir solo a
un animal tan bello, me dijo, estaba muy compungido, ver morir a un ser completamente inocente de
esa manera tan cruel y miserable es algo muy horrible que no le deseo a nadie, el vecino, como la mayoría de gente del barrio, quería mucho a Milán porque Milán era un animal súper amoroso. Mi
amiga china se puso a llorar y a hablar en inglés por lo que tuve que traducir
un montón de quejas y preguntas en una situación tan dolorosa, cosa que me hizo sentir
frívola. Entre los tres alzamos al perro y lo metimos en el carro para traerlo
a la casa y enterrarlo en el solar. No lloré en ese momento, tenía que
reaccionar rápido y traducir lo que decía mi amiga; no quiero traducirle nada a nadie en mucho tiempo. Después de darle la noticia a mi mamá y dejar al perro en la casa esperamos a que viniera
un hombre, que enviaron los mismos vecinos que lo llevaron a la veterinaria, el señor y
su esposa (por fortuna tenemos vecinos solidarios), a abrir el hueco para
enterrarlo.
Mis
manos todavía olían a Milán porque por la mañana lo acaricié y lo besé como
hacía todos los días, pero Milán era ahora un cuerpo inanimado, la muerte
estaba ahí con toda su fealdad, invadió la casa enfermándonos de dolor. ¿Por
qué alguien envenena a un perro que nunca le ha hecho nada? un animal manso y
obediente, casi santo, pues lo único que hacía a veces era escaparse al menor descuido, que ni siquiera escarbada las basuras como hacen todos los perros, un
animal que no comía nada que no fuera concentrado y huesos porque por más
educado y especial que fuera, era un perro y a todos los perros les gustan los
huesos y los huesos los usan de carnada para envenenarlos. Ya una vez había
pasado pero la veterinaria pudo salvarlo, fue hace más o menos un año, pero
nunca volví a oír de perros envenenados y se me olvidó, no todos los días uno
tiene en mente que en el mundo hay gente cruel, no todos los días tiene uno
presente los niños que mueren de hambre en Siria o para no ir tan lejos, aquí en
la Guajira, no todos los días tiene uno en mente las masacres, uno olvida esas
cosas y vive confiado, pues de lo contrario no podría vivir, no saldría ni a la
esquina por temor a los psicópatas.
Esa
noche no pude dormir, el recuerdo de su cuerpo inerte me producía ardor en el
estómago, me la pasé vomitando y llorando. Al día siguiente fuimos a poner la
denuncia ante el inspector de policía que no quiso hacerla porque estaba
ocupado y se trataba “solo” de un perro y además no sabía cuál era el
procedimiento porque aunque la ley de protección animal ya es una realidad,
todavía no está implementada. Fuimos a donde la veterinaria a pagar y a recoger
el collar del perro y también a preguntarle qué veneno es el que usan y cuántos
perros mueren envenenados en Barichara, llegan muchos perros envenenados, me
dijo, la mayoría son de la loma, pero no a todos los puede
salvar, el veneno actúa en cuestión de minutos. Su ayudante no dejó pasar la
oportunidad de decirnos que como el perro estaba solo bronco aspiró, que si
alguien hubiera estado con él habría podido hacerlo vomitar y se habría
salvado. Todo el día tuve dolor de cabeza y una opresión en el pecho como si me
hubieran llenado de cemento el corazón. Mi mamá también lloró y se puso muy
mal. Mi hermana estaba viajando y tuve que contarle por teléfono, lloró como
nunca en su vida, la llamamos cada media ahora a ver cómo estaba, no dejó de
llorar en todo el día, todavía lloramos cada vez que nos acordamos.
Hablé
con vecinos cuyos animalitos han sido envenenados, ellos dicen saber quién es la
persona que hace esa infamia, por la tarde hablé con el policía ambiental del
pueblo que se mostró comprometido con la situación, aún quedan muchos trámites
por hacer para desenmascarar a la persona desalmada que hace esto porque la
policía no tiene casi ningún poder y algunas autoridades creen que la muerte de
los animales no es algo que merezca atención, pero no se trata sólo de nuestro
perro y de los perros y gatos de los vecinos, además han envenenado a toda la
fauna silvestre del barrio, iguanas, faras, nuches, aves, en fin, todos los
animales que son parte del ecosistema y que no le hacen daño a nadie, al
contrario.
Esa
es la historia, pero el tema principal de este escrito no es la muerte de Milán
ni la maldad de la persona que lo envenenó sino la facilidad con que la gente
se deja oprimir por el mal, así es que si el perro murió la culpa es nuestra
por dejarlo salir solo, si a una mujer la violan la culpa es suya por salir con
minifalda, si no tenía minifalda la culpa es suya por haber salido de la casa
ese día porque si no hubiera salido de la casa eso no habría pasado y después
de todo habría podido quedarse en la casa ¿no? así como yo habría podido
acompañar al perro o haberlo hecho esperar en la casa hasta que yo pudiera
salir. Si mi abuela tuviera ruedas sería una bicicleta. Si a usted lo roban la
culpa es suya por dar papaya, por tener algo que pudiera ser robado. La gente
se vuelve contra la víctima y ni siquiera menciona al victimario.
Me
pregunto por qué aceptamos con tanta docilidad que la maldad nos imponga las
reglas, por qué buscamos los argumentos más absurdos para poner la culpa en
nosotros y no en la asquerosa persona que pone el veneno, ¿por qué no puede un
perro que tiene dueño, que tiene el número de teléfono de su dueño en el
collar, que está vacunado, que no es agresivo, salir a dar una vuelta por el
barrio y regresar? ¿Por qué no puede un perro cualquiera, sea callejero o no,
vivir? ¿Por qué no puede una mujer usar minifalda? ¿Por qué no puede alguien
contestar una llamada en la calle?¿Por qué la gente deja que la maldad imponga
las reglas? ¿Por qué la gente se deja limitar de esa manera sin hacer nada? Yo
pienso que es por cobardía y por pereza, cobardía de enfrentar a los
responsables, ¿si los vecinos saben quién es por qué nadie enfrenta a esa
persona? ¿Por qué prefieren dejar de tener mascotas y seguir enterrando
animales a ponerle fin a la situación de una vez por todas? A la gente le da pereza
insistir con las autoridades. ¿Tan poco vale nuestra libertad que por pereza y
cobardía preferimos perderla?
En
las oficinas gubernamentales muchas veces dicen que no hay nada que hacer, pero
eso no es cierto, si uno va todos los santos días a exigir, si uno toca todas
las puertas algo se puede hacer y si definitivamente no hay nada que hacer por
lo menos uno tendrá su consciencia tranquila al saber que no entregó su
libertad tan dócilmente, que no comulgó con la infamia, que no es cómplice, que
no admite que alguien cause tanto dolor y las cosas queden como si nada, que no
cree que porque a alguien en el barrio no le gustan los animales los demás no
tenemos derecho a tener nuestras mascotas y los animales no pueden vivir, pese
a tener amos que los cuiden.
Yo
por mi parte haré todo lo que esté a mi alcance para que en mi barrio no sigan
envenenando animales. El 2016 será el año en el que me comprometa seriamente
con esa causa, en Barichara también hay mucha gente que respeta y cuida a los
animales y que se unirá a esta causa, gente que respeta la vida y no cree que
la vida humana valga más que la vida animal y que por el simple hecho de ser humanos tengamos derecho a pisotear, a maltratar y a asesinar a los animales. Una sociedad se puede juzgar por la manera como trata a sus animales.
Una persona que no quiere enterrar animales ni mascotas, que se indigna y se queja por el maltrato de algunas especies domésticas, seguirá siendo participe (indirectamente) de matanza y hasta peor, de holocaustos, siempre que en su menú estén las especies que la sociedad considera como comida, promoviendo la violación de sus derechos, y su libertad de vivir, como si por el hecho de no ser mascotas o no estar en lazo afectivo directo con los humanos, eso los convierta en seres inferiores, o que no sientan dolor, angustias y miedos. Esto sí es actuar y pensar de forma cobarde, y al final no ser parte de la solución de nada. ¡Todos los animales merecen vivir, y que luchemos por ellos que no pueden defenderse de la raza humana!
ResponderBorrarTe acompaño en este causa, vivi en la loma con mi mascota onix y conocimos a Milan, que su muerte ocasionada por una persona espinosa y corroída mentalmente sea el precedente para hacer justicia , para no dejar en vano la muerte de estas criaturas que nos dan el cielo en la tierra, para que sean castigados, señalados y abandonados en el desierto que tienen por corazón , para que de una vez por todas se ejecute la ley de protección animal y nos siga en los anaqueles de un decreto sin acción.
ResponderBorrarEs absolutamente increíble¡¡¡¡ cómo un pueblo tan bello sea un sepulcro blanqueado, como una sociedad supuestamente valiente, tiemble de miedo, amedrentados porque temen perder su zona de confort y seguirá ocurriendo y quien lo hizo, seguirá haciéndolo... y los cobardes seguirán callando, hay un miedo muy bien vendido, lo venden en la gaseosas, en los enlatados, en las dietas, en los productos transgénicos, y en casi todo lo que comemos y se vestimos, en las cirugías para rejuvenecer en las mil cremas para la arrugas, en los productos para no engordar, en los billetes, que cambian el verdadero amor, en las mentiras, en las noticias falsas que son cortinas de la verdad de este país... y de este mundo al borde del abismo final, en la falsa paz que será la cuna de una violencia inimaginada...donde los asesinos serán protegidos, enriquecidos y ensalzados, serán los falsos lideres, amenazaran a sus comunidades y las llenaran de terror... tendremos pánico a la muerte y eso sera suficiente para convertirnos en cómplices de los que envenenan a los animales, acaban con los bosques y ríos, llenan de basura el mar... y tienen los monocultivos de caña, de plátano y de palma.... El momento es tenebroso, ese pueblo que fue tan pacifico hace muchos años, hoy no es nada, es una farsa, un monton de casa nuevas feas y grandes llenas de mentiras y huidas... se convirtió en un revoltijo, que lástima. Milan fue mi perro predilecto, el día que yo llegue estaba curándose de una dosis de veneno, al principio me miro con desconfianza, pero nos hicimos muy amigos... lo llevé a pasear conmigo y hasta lo subí en una mototaxi para pasear por Guane, estuvo feliz.... era simpático y lindo, lo miraba a uno con una cara de amor impresionante... le regale champú en la navidad del 2014, y lo bañamos quedo blanco y hermoso¡¡¡ salimos a pasear por los caminos cercanos.. corría adelante y de pronto paraba para esperarme, le fascinaba salir... era maravilloso... pienso que la humanidad esta acabando con todo lo maravilloso. Valeria de mi corazón los siento de verdad, me llena de dolor esa noticia...
ResponderBorrarque tristeza....