Hay dos tipos de locos: los que se enloquecen en su entorno, en su casa, delante de su familia y de sus amigos y los que se van a enloquecerse lejos. Los primeros son los peligrosos, esos son los que están más graves y los que llegan a representar una verdadera amenaza para la tranquilidad de quienes les rodean, esos requieren de todo el cuidado y atención, los otros han conservado hasta el último momento la preocupación por su reputación y si pudieron obedecer a ella, con toda seguridad podrán también salir de su estado de perturbación y regresar a su entorno original a llevar una vida relativamente normal. Por lo general estas personas llegan al límite de demencia en su primer viaje largo a un destino internacional, después lo pensarán bien antes de volver a abandonarlo todo.
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