El título la insoportable levedad del ser me ha parecido siempre atractivo, es sonoro y me causa una incomodidad difícil de olvidar. Leí el libro y me gustó, pero nunca he entendido muy bien lo que quiere decir el título, porque si hay algo que no me parece leve en este mundo es el ser. El máldito ser que es más pesado que el uranio. Denso. Re denso. Si el ser fuera leve uno no se sentaría a escribir. No puedo creer que alguien crea que el ser es leve. Y si hay alguien cuyo ser sea leve le tendré mucha envidia. No importa si es un idiota, la levedad de su ser será lo más envidiable sobre la faz de la tierra.
La insoportable densidad del ser es muchas veces la que lo lleva a uno a escribir. Vamos a escribir a ver si se me aliviana un poco el ser, a ver si vuelco una parte de su peso en palabras que se llevará el viento, pienso. Escribir sobre lo que sea, sobre lo que sea excepto sobre eso que me atormenta, precisamente porque es incomunicable, porque no logro decirlo ni darle una forma ni un nombre. Eso que al ponerlo en palabras se reduce y se vuelve vulgar y tonto, borbotones de palabras que no tocan, que rebotan en los inquebrantables muros de los interlocutores.
La insoportable densidad del ser. Su rápido sepulcro en caída libre. La insoportable consciencia de uno mismo, del escritor.
Yo igual tengo una relación con dicho título, sin embargo mi interpretación es otra. Independientemente del contenido del libro, entiendo levedad como vacío, es decir como un ser sin proposito, sin deseos y sin nada que lo motive. Que se mueve por incercia. Por ejemplo los famosos NINIS (ni estudio ni trabajo) aquí en México.
ResponderBorrarSaludos y gracias por la reflexión.
lo estoy leyendo ahora, y aparenta ser alto libro.
ResponderBorrarmuy buenos tus escritos, me gustan.
saludos.