Perdido se aferró al primer camino que encontró, pues todos los caminos conducen a algo. Después de caminarlo por varios días llegó al final del sendero y no había nada, sólo la espesura de la selva, supo entonces que algunos caminos no conducen a nada.
Muchos caminos conducen a la nada, lo sabemos y sin embargo los transitamos una y otra vez. Me gustan tus cuentos...
ResponderBorrarTe deje un regalo en mi blog. Un abrazo