Hoy estoy como un gato que pierde de vista una mariposa que ha estado persiguiendo. Yo he estado persiguiendo ideas que me abandonan de repente. He seguido buscándolas como el gato sigue mirando el aire con nerviosismo. Algo me ha robado otro día, no sé qué es, no tengo un autodiagnóstico, puede ser el frío, podría ser algo que comí, algún espíritu malévolo o una deficiencia cerebral. Algo de todo eso me ha robado también las palabras y mi silencio ha vuelto a ser incómodo para muchos, algunos hasta han huido. La causa de esta grave sintomatología podría ser bastante estúpida, algo hormonal por ejemplo, un pequeñísimo desequilibrio en la producción de algún químico en el cerebro...cómo saberlo. Buscar la causa sólo produce más nerviosismo, sería más práctico buscar un remedio, un calmante tal vez, si el precio no fuera perder cualquier posibilidad de brillo, si no destruyera así toda posible inspiración. El gato tarda en olvidar la mariposa. Pero el gato tiene la ventaja de que cuando su empeño es muy fuerte no le da insomnio, el sueño siempre lo vence y todo vuelve a la calma. ¿Esa renuncia es sabia? A quién le importa! ¿Quién le exige sabiduría a un gato?
Hola
ResponderBorrarA veces se me olvida la maravillosa escritora que eres....
UN BESO. NOS LEEMOS
JUICIOSA...........
STAROSTA
(ETC ETC )
No se les exige nada pero sí que son sabios, ojalá tuviera esa capacidad de dejar de aferrarme a mariposas que se pierden.
ResponderBorrarSaludos